La Voz del Interior

Nuevos métodos para prevenir la expansión de los incendios

Investigad­ores presentaro­n en la Conae varios desarrollo­s con el uso de satélites. Mejorarían las advertenci­as y las mediciones de los siniestros, y son muy útiles para Córdoba.

- Fernando Agüero Correspons­alía

Nicolás Mari y María Fernanda García son cordobeses. René Muñoz Arraigada es chileno. Los tres se formaron en el Instituto de Altos Estudios Espaciales Mario Gulich (IG), el centro de formación que desde 1997 funciona en la sede cordobesa de la Comisión Nacional de Actividade­s Espaciales (Conae), en Falda del Carmen, a través de un convenio con la Universida­d Nacional de Córdoba. Los tres científico­s abordaron, desde distintos ángulos, la temática de los incendios forestales desde la observació­n satelital.

Sus aportes son de interés en una provincia que, año tras año, desde siempre, sufre impactos ambientale­s, económicos, paisajísti­cos y, en ocasiones, hasta en vidas humanas por fuegos que escapan de control.

Muñoz Arraigada está exultante, y se adivina en su rostro. Llegó de Chile hace una semana y rindió con máximo puntaje su tesis en el Instituto Gulich. Es ingeniero forestal de la Universida­d Magallanes, trabaja en la Patagonia chilena y su tesis se basó en las diferencia­s en la observació­n de los incendios con sistemas de radar y con sensores ópticos.

“Estudié dos incendios en la zona central de Chile ocurridos en 2012. Pedimos las imágenes de radar para estimar el área quemada. Los radares emiten su propia energía y los sensores ópticos utilizan la energía solar”, explicó. Según señaló, avanzó en la utilidad que tendrá en el futuro la tecnología que fusione de un adecuadame­nte ambas tecnología­s ya disponible­s.

“La idea era ver cómo responde un área quemada con monitoreo con radar para avanzar con esta interacció­n y tratar de generar productos más operativos. El interés de los radares es que tienen su propia fuente de alimentaci­ón y trabajan con un tipo de energía que es independie­nte de las condicione­s climáticas. El óptico es dependient­e porque, si hay nubes, no se puede utilizar”, marcó.

El científico calificó los resultados como “muy interesant­es”. “Cuando hablamos de gestión de desastres, hay varias fases: la previa y de preparació­n, y la de desarrollo. Este tipo de diagnóstic­o puede ser muy útil al momento de desarrollo del siniestro”, indicó.

Muñoz Arraigada aseguró que con el desarrollo de tecnología­s que apunten a la observació­n de incendios con sistemas que combinen sensores ópticos y radar, se podría pronostica­r hacia dónde se desarrolla cada incendio y mejorar las chances de controlarl­o. Diseños de alertas

Nicolás Mari trabaja en el Inta (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuar­ia) de Cruz del Eje. “Diseño de un sistema de alerta y respuesta temprana a incendios de vegetación” fue el título de su reciente tesis, con la que se recibió de licenciado en Ambiente.

“El estudio de los incendios a través de los satélites (teledetecc­ión) tiene distintas fases: la previa a la ocurrencia, la que se hace durante el siniestro y la poste rior”, destacó.

En la fase previa, a partir de las imágenes se pueden anticipar niveles de alerta o de riesgo de incendios. “Analizando series históricas de imágenes podemos ver cómo es la evolución de la biomasa y la carga de combustibl­e de los pastizales”, indicó. Saber dónde hay más carga cada año ayuda a prevenir mejor.

Por otro lado, el estudio mientras el fuego está ocurriendo permite observar cómo se va de

sarrolland­o y advertirlo a quienes lo están combatiend­o. “Para eso contamos con otro tipo de informació­n, que son los focos de calor, con imágenes térmicas: un tipo determinad­o de satélite tiene sensores que miden la temperatur­a en el suelo. Cuando se observan anomalías, el satélite detecta la ubicación del incendio”, afirmó. “Estos satélites pasan entre dos y cuatro veces por día, vamos descargand­o datos y haciendo un seguimient­o. No se hace en tiempo real, pero es un seguimient­o ajustado. Lo ideal es que los bomberos cuenten con estos datos vía internet a través de una aplicación en sus teléfonos”, agregó.

Por último, una vez que el incendio se apaga, viene otra parte del trabajo relacionad­o a la detección de la superficie quemada. “Se cuantifica cuánto y qué se quemó, qué tipo de vegetación, para poder determinar los daños”, apuntó. Esa informació­n es útil también para la remediació­n.

 ??  ?? Llamas. Fuego forestal, un riesgo siempre presente en Córdoba. Arriba, los investigad­ores René Muñoz Arraigada y María Fe ernanda García en la sede de la Conae.
Llamas. Fuego forestal, un riesgo siempre presente en Córdoba. Arriba, los investigad­ores René Muñoz Arraigada y María Fe ernanda García en la sede de la Conae.
 ?? (LA VOZ) ??
(LA VOZ)
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina