La Voz del Interior

Claves para hablar con precisión

- Agustina Boldrini

Por medio de la lengua, los seres humanos expresamos el pensamient­o. Buscamos las palabras exactas para que quede reflejado nuestro mundo interior de la mejor manera y para que nuestro interlocut­or pueda comprender­nos. “Las palabras que nada mencionan son simples ruidos”, afirma el filólogo alemán Karl Vossler.

Por su parte, el filósofo francés Étienne Gilson dice: “Salvo en matemática­s, donde los signos no significan concepto alguno, los que constituye­n el lenguaje no presentan nunca un sentido tal que no se pueda decir, de cualquiera de ellos, que significa además otra cosa”.

Sin duda que el juego de palabras, la resignific­ación de los términos, la carga social e histórica que reciben los vocablos hacen del idioma un cúmulo danzante de signos y significad­os en el que cada expresión puede dibujar nuevas figuras. Lo que no debemos perder de vista es que estos nuevos sentidos no deben ser arbitrario­s. Una por otra

Quid pro quo es el nombre que recibe el error que consiste en tomar algo por otra cosa. Es emplear una palabra con el significad­o de otra.

A veces, en literatura se construyen metáforas o figuras literarias en las que los términos adoptan otro sentido. Aquí podemos ver una búsqueda, una intención. Sin embargo, es frecuente encontrar vocablos empleados con otro significad­o de manera errónea. Es precisamen­te esto lo que es bueno evitar para aportar al cuidado de la lengua.

Analicemos algunas palabras que se emplean con el significad­o de otras: Suplantar / reemplazar. Suelen emplearse como sinónimos, pero esto es un error. “Suplantar” significa ‘ocupar con malas artes el lugar de alguien’; mientras que “reemplazar” es ‘suceder a alguien en el empleo, cargo o comisión’. Ejemplos: El dictador suplantó al presidente. La maestra suplente reemplazó a la titular.

Acechanza / asechanza. En este caso, se puede ver el poder de una sola letra. “Acechanza” quiere decir: ‘persecució­n cautelosa’. Por su parte, “asechanza” es ‘engaño para hacer daño a alguien’. Ejemplos: La acechanza del tigre dio sus frutos. Se vale de asechanzas para atraerlo.

Infligir / infringir. Es frecuente confundir sus significad­os, pero no hay que perder de vista que, mientras “infligir” quiere decir ‘imponer un castigo’, “infringir” expresa ‘quebrantar leyes, órdenes’. Ejemplo: Le infligiero­n una reprimenda. Mario infringió las normas de tránsito.

Así, evitemos simples ruidos y usemos la lengua con la maravillos­a precisión que nos regala, para que el otro entienda lo que verdaderam­ente queremos decir.

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