¡Qué difícil es ser argentino!
Decir que ‘el interior’ no califica, establece una jerarquía DuDosa.
Apropósito de la realización del próximo Festival Internacional de Buenos Aires, fue entrevistado Federico Irazábal, crítico e investigador teatral, actual director artístico del Fiba y representante del Ministerio de Cultura de la Nación Argentina en el consejo directivo del Instituto Nacional del Teatro. Ante la pregunta sobre la ausencia de obras de las provincias en la programación, Irazábal contestó: “Entiendo los cuestionamientos, pero son criterios. Y no hay montajes del interior porque le pedí al comité curatorial que eligiera lo mejor”.
La declaración se compartió en las redes, donde se fueron sumando voces frente a la afirmación de Irazábal que suena torpe y ofensiva. La cuestión aparece clausuración da con la excusa de la libertad del comité curatorial que, evidentemente, no encontró ninguna obra de calidad para programar en el Fiba. La respuesta agita otra vez sobreentendidos y malentendidos, según el concepto de festival internacional como vidriera y la misión exportadora de cultura que se ostenta en cada época.
Córdoba es sede de festivales internacionales desde hace varias décadas, pero parece que sólo el Fiba está llamado a generar vínculos transnacionales. Por otra parte, lo nacional, en ese contexto reduccionista, se limita a la producción artística de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Puerto y provincias, centralismo y federalismo, vuelven a alimentar polémica y malestar en el siglo en que las fronteras se revisan en todos los sentidos.
Las afirmaciones del funcionario ponen bajo la lupa la idea de calidad y los criterios de selec- del material que se desarrolla en un país teatral enorme. Año a año, en la Fiesta Nacional se constatan asimetrías y carencias de formación, pero, también, el crecimiento de los centros productores, muchas veces asociados a la presencia de universidades y de escuelas de formación prestigiosas. El Instituto Nacional del Teatro alimenta desde hace casi 20 años el teatro independiente del país. Los grupos mantienen activo el mapa teatral. La Fiesta misma es una vidriera (el término suena pobre y superficial) fronteras adentro, que también los programadores de festivales internacionales del país y del extranjero observan con ánimo de contratación. En Córdoba, muchos grupos reparten el año laboral entre las salas locales y los compromisos en festivales.
Resulta desafortunada y brutal la afirmación de Irazábal, un tipo inteligente que siempre liga el teatro con un concepto de política. Decir que “el interior” no califica establece una jerarquía dudosa e injusta. ¿Qué pilchas ponés en la vidriera de Caba para los observadores externos?
El lenguaje funda, instala y consagra; también niega, olvida y arrasa.
Al mismo tiempo, se sabe que existen conversaciones para que la Comedia Cordobesa participe en el Fiba con la obra Eran cinco hermanos y ella no era muy santa, posiblemente en el circuito de espectáculos populares.