La Voz del Interior

Herencia polémica

En un mes comenzaría a esbozarse el reparto de los U$S 220 millones en partes iguales entre los cinco grupos de herederos. Si no hubiera más sorpresas, el año próximo podría terminarse la sucesión.

- Sergio Carreras scarreras@lavozdelin­terior.com.ar

Todo indica que en un mes comenzará a esbozarse la división de los 220 millones de dólares de la herencia de Manubens Calvet en partes iguales entre los cinco grupos de herederos. En principio, de no mediar sorpresas, en 2018 se terminaría la sucesión.

Como en las series televisiva­s que anuncian la madre de todas las batallas para sus temporadas finales, la herencia más disputada y polémica de Argentina ingresa a su instancia final tras centenares de capítulos que, a lo largo de 36 años, nunca dejaron de asombrar a la audiencia con sus sorprenden­tes giros argumental­es.

Hijos inventados que intentaron robarse la herencia, supuestos hijos que hasta hoy siguen reivindica­ndo su linaje, obispos que llegaron con el apoyo político de dictadores extranjero­s y acabaron condenados, intermedia­rios con acceso al Vaticano, gobernador­es y asesores que jugaron sus cartas ganadoras a las posibilida­des de algún heredero, empresas

off shore de dueños desconocid­os; todo cabe en esta historia.

Así es como la disputa por los cientos de millones de dólares que dejó un millonario caudillo político de provincias llega al campo de batalla final: se verá quiénes son ganadores y perdedores de una pelea judicial sin rival en los Tribunales de esta parte del mundo.

El juzgado a cargo de la sucesión, encabezado por el juez civil Rodolfo Pereyra Esquivel, de la ciudad de Córdoba, parece haberse convencido de que la saga no da para más. Dio los primeros pasos para ponerle punto final: antes de fin de mes, peritos que designó deberían comenzar a trabajar en la partición del patrimonio que, según la última tasación aprobada, llega a los 220 millones de dólares.

Si las cosas transcurri­eran bien (algo que no pasó desde la muerte del hacendado en 1981), los peritos deberían dividir el patrimonio en seis partes: una por cada rama de herederos o estirpe de los cinco hermanos de Juan Feliciano Manubens Calvet (murió sin dejar hijos reconocido­s públicamen­te).

Lasextapar­teeslaquei­ríapara pagar las cuantiosas deudas del caso, en concepto de honorarios de abogados, peritos, administra­dores, veedores, tasa de justicia y deudas con la Administra­ción Federal de Ingresos Públicos (Afip).

Aunque es temprano para dar cifras, algunos grupos de familiares calculan que cada rama de herederos tendría derecho a una porción de 36 millones de dólares del patrimonio, lo que daría una suma total de 180 millones. Los restantes 40 millones de dólares irían al pago de las deudas.

La labor de peritaje, según dos abogados de la causa, será formar esas seis porciones, de modo que, si no hubiera acuerdo entre los grupos sobre cuál se quedará con determinad­a parte del patrimonio, se pudiera proceder a un sorteo sin que esto implique menoscabo económico para ninguno.

¿Cuándo ocurriría esto? ¿Cuándo se pondría fin a este caso? El estudio de abogados Bordenave, que espera cobrar millonario­s honorarios, sostiene que, si el juez quisiera, la partición y entrega del patrimonio puede hacerse antes del fin de 2017. Juan Ahumada, abogado y heredero, descendien­te de una de las cinco estirpes de los hermanos, dijo que, antes de un año, la Justicia podría acabar de una vez con esta sucesión eterna.

Alfredo Soto, también heredero y nuevo administra­dor del patrimonio junto con Ahumada y seis personas, planteó que algunos grupos de herederos podrían, en lugar de separar el capital, unirlo, y avanzar, por caso, a la formación de una sociedad anónima que siga con la explotació­n de las estancias que integran el patrimonio.

Sordos ruidos

Claro que el humor no es el mejor entre las diferentes ramas de herederos. En los últimos meses, el juzgado fue testigo de reuniones en las que los descendien­tes se tiraron con munición gruesa.

La principal pelea se dio por cómo se integraría la nueva comisión a cargo de gestionar el patrimonio, luego de la muerte del administra­dor anterior en febrero. Un grupo estuvo encabezado por Soto y el ingeniero agrónomo Roberto Pedro Sobrero, quien se presenta como apoderado de cinco empresas que compraron los derechos hereditari­os a diferentes familiares por más del 29 por ciento del total del patrimonio.

Este grupo alegó que representa el 69 por ciento del total de herederos e intentó quedarse con el control completo de la administra­ción. Pero enfrentó la oposición de otro grupo (Ahumada y varios más), que los acusó de querer eternizars­e en la gerencia y apostar a que el juicio no termine, para seguir manejando el alquiler de campos y la venta de ganado, principale­s ingresos de la sucesión y de sus administra­dores.

Tras varias audiencias en las que los cinco grupos de herederos se acusaron entre sí y pugnaron por meter a sus representa­ntes en la comisión, el juez decidió armar un grupo de ocho personas, con representa­ción de las diferentes estirpes familiares, cuya misión explícita es trabajar para conseguir la partición del patrimonio.

Cuánto le tocará a cada uno dependerá del porcentaje que tenga de su rama de herederos. Si en una rama hay cientos de personas, recibirán porciones inferiores al uno por ciento de la herencia. Por el contrario, hay ramas con pocos integrante­s, que recibirían varios millones de dólares cada uno.

Hasta febrero, los familiares que recibirían más dinero eran encabezado­s por el administra­dor Reginaldo Manubens, único descendien­te por la rama de uno de los cinco hermanos que tuvo Manubens Calvet. Eso hacía que les correspond­iera la quinta parte del patrimonio, unos 44 millones de dólares sin descontar gastos.

Cuando Reginaldo murió en febrero dejó un testamento en el que legó su parte a cinco personas, que ya eran potenciale­s herederos. Les dejó entre cinco y tres por ciento de la fortuna a cada uno.

La informació­n que maneja el juzgado sigue teniendo los siguientes principale­s herederos: Reginaldo Manubens Calvet (20 por ciento, hasta tanto se resuelva su herencia), Ramón Manubens Calvet (cinco por ciento), Carlos R. Manubens Calvet (cinco), Blanca R. de Domini (cinco), Nélida P. de Mariani (cinco), Alba M. de Ahumada (cinco), Omar Medina (cuatro). Cada punto serían 2,2 millones de dólares, sin descontar la parte de los gastos de sucesión.

En el caso de Sobrero, ex socio del grupo agroalimen­tario Navilli, dice representa­r el 29 por ciento de los derechos hereditari­os de familiares que vendieron sus partes por cifras pequeñas. Tendría derecho a recibir más de 60 millones de dólares de herencia, sin descontar costos de la sucesión.

La presencia de estas empresas offshore, de las que se desconocen sus dueños y cuya existencia real se duda, provocó fuertes discusione­s entre los grupos de herederos.

La úLtima tasación aprobada deL patrimonio pertenecie­nte a Juan FeLiciano manubens caLvet asciende a 220 miLLones de dóLares.

Los peritos dividirían eL capitaL en seis: una parte por cada rama de herederos de Los cinco hermanos deL hacendado y otra para pagar deudas.

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(LA VOZ / ARCHIVO) Chance. Alfredo Soto, uno de los herederos, planteó que algunos grupos podrían unir el capital.
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