El escenario que se viene con Cristina en el Senado
La bancada del PJ-FPV podría dividirse. Los peronistas de Pichetto seguirían siendo mayoría, pero ya no más de la mitad del cuerpo. Para Cambiemos, podría ser más difícil reunir cuórum y votos para determinadas leyes. El diálogo quedará bajo presión.
Cristina Kirchner está a un paso de volver a ser senadora, incluso perdiendo las elecciones en la provincia de Buenos Aires. Según varios sondeos, la expresidenta puedeganarenoctubreo,enelpeor de los casos, salir segunda, lo que significa entrar por la minoría. Será la cuarta vez que ingresará al Senado. Ocupó una banca ocho años en tres períodos (1995-1997, 2001-2005 y 2005-2007), dos veces como senadora por Santa Cruz y otra por Buenos Aires.
Su ingreso podría tener varios impactos. Por ejemplo, el bloque más numeroso, el peronista, que comanda Miguel Pichetto, se partiría en dos; y Cambiemos, aunque tendrá más bancas, podría tener más dificultades para sancionar leyes.
El promedio de los resultados de 13 encuestadoras en provincia de Buenos Aires es de 5,2 puntos porcentuales de ventaja de Fernández sobre el segundo, el macrista Esteban Bullrich. Las encuestadoras son Ricardo Rouvier & Asociados, Analogías, Raúl Aragón, Aresco, Ceop, CIGP, González y Valladares, Hugo Haime, Management & Fit, Opolit, OPSM, Query y Taquion. En sólo una, Bullrich supera a la expresi- denta y en sólo dos Massa supera a Bullrich como segundo.
De los 72 senadores, la mitad integra hoy el bloque PJ-Frente para la Victoria, que conduce Pichetto, enemigo de Cristina. Ambos fueron compañeros en el Senado entre 2005 y 2007.
Pichetto y Cristina no se querían entonces, aunque el rionegrino nunca dejó de presidir el bloque durante el kirchnerismo.
Pichetto invirtió el nombre del bloque, de FPV-PJ a PJ-FPV en marzo de 2016, tres meses después de terminado el gobierno cristinista y en sus primeros movimientos como jefe de una bancada ya no oficialista sino opositora, para dejar un mensaje claro: que ese grupo de 36 senadores ya no respondería a la exmandataria, sino a los gobernadores del PJ.
Del bloque PJ-FPV, sin embargo, siguieron formando parte unos 10 senadores que integran el núcleo duro cristinista: la mendocina Anabel Fernández Sagasti; la correntina Ana Almirón; la santafesina María de los Ángeles Sacnun; la rionegrina Silvina García Larraburu; el neuquino Marcelo Fuentes; las santacruceñas Virginia García y María Ester Labado; el sanjuanino Ruperto Eduardo Godoy, y los chubutenses Nancy González y Mario Pais. De esos 10, García, Labado y Godoy terminan su mandato en diciembre.
Pese a esa grieta interna, casi no hubo votos divididos y estos senadores inclusive terminaron votando leyes pedidas por el Gobierno.
Con Cristina y Jorge Taiana como senadores, si Unidad Ciudadana resultara la alianza más votada, el kirchnerismo duro formaría un bloque de unos 10 senadores separado del de Pichetto, que seguiría siendo la bancada más numerosa, aunque dejaría de ser la mitad del cuerpo. Comicios y chantajes En ese escenario, a Cambiemos podría costarle más sancionar leyes, no tanto por una cuestión numérica, sino más bien política: a dos años de las elecciones presidenciales, el bloque de Pichetto tendrá cada vez menos margen de votar leyes del Gobierno, como lo viene haciendo desde 2016, porque estando Cristina Fernández en la Cámara, su dialoguismo será un blanco fácil de chantajes.
Además, la Casa Rosada propone una agenda parlamentaria ambiciosa, que incluye una nueva ley de medios y al menos tres reformas grandes, la impositiva, la previsional y la electoral, con la