“Cacho” Giordano fue un puntal de la Carlos Paz teatral
A los 82 años, falleció Francisco “Cacho” Giordano, empresario “multirrubro” y emblemático productor de boxeo y espectáculos. Giordano se despidió en Villa Carlos Paz, la ciudad que había elegido en 1964 para formar su familia y poner alas a sus sueños.
Ese año se casó y se radicó en la ciudad serrana donde abrió una estación de servicio en la avenida Cárcano.
“Cacho” ya conocía el negocio, por cuanto se había iniciado en el despacho de combustibles y lubricantes en Deán Funes, en 1956. El comedor de esa estación era punto de encuentro de muchos artistas que llegaban a Villa Carlos Paz para hacer temporada.
En sus mesas, entre picadas y vermú, cultivó amistad con Alfredo Barbieri, Vicente Rubino y otros tantos. Ellos lo animaron para que probara suerte como productor de espectáculos. Y les hizo caso.
Con ahorros propios y un crédito, Giordano compró el predio de Grandes Almacenes Mayoristas, en “La Perla de Punilla”. En ese tinglado de grandes dimensiones, construyó camarines, tribunas y colocó butacas. Así, el depósito se transformó en Stadium, escenario que alternaba veladas pugilísticas con recitales de música.
En ese espacio nació como profesional Santos Benigno Laciar, boxeador campeón en la categoría mosca de quien Giordano se convirtió en mánager.
La primera gala musical en esa sala la ofreció Gina María Hidalgo. Le sucedieron Horacio Guarany, León Gieco, Richard Clayderman...
También en ese recinto montó Doña Flor y sus dos maridos, la versión teatral del clásico de Jorge Amado, dirigida por José María Paolantonio y protagonizada por el desaparecido Adrián Ghío, Peggy Sol y Aldo Barbero.
La “Papa”, un batacazo
Pero el batacazo de taquilla lo dio con La Papa de Hortensia.
El éxito lo ungió como empresario de renombre de las tablas.
Llevó la obra al Astros porteño y rechazó una propuesta de Canal 11 para hacer un ciclo de humor en la pantalla chica.
Otros mojones populares inscribieron su nombre como realizador: San Vicente Súper Star y Eran cinco hermanos y ella no
era muy santa (ambas de Miguel Iriarte); o La Cañada, de Julio Olivera. Cacho también hizo debutar en el teatro a su tocayo Buenaventura. El bautismo del humorista de Cruz del Eje tuvo lugar en la sala del Yolanda, con la obra Cacho light.
“Siempre he sido un cordobezazo y defensor de la idea localista”, se definió hace unos años mientras apuraba un cigarrillo en el balcón del bar del Luxor. Ese es el teatro de su hijo Eduardo, llamado a seguir la marcha iniciada por su padre, hace 50 años, en Villa Carlos Paz.