La Voz del Interior

“El proceso judicial era un simulacro”

Lo dijo Luis Angulo, ministro de Justicia, al declarar en la causa de los magistrado­s. Habló de las adversidad­es sufridas por defender a un perseguido político durante la dictadura.

- Alejandro Mareco amareco@lavozdelin­terior.com.ar

La impotencia y el miedo frente al riesgo cierto que corría todo aquel que intentara hacer algo por algunos de los miles de ciudadanos atrapados en la telaraña del terrorismo de Estado los padecía la inmensa mayoría de la población que atravesó los años de la dictadura y los meses que la precediero­n.

Esos sentimient­os se volvían aun más elocuentes en la piel de los abogados que defendían a perseguido­s políticos e intentaban, casi siempre infructuos­amente, que la Justicia pusiera en marcha algunos mecanismos legales para corregir situacione­s de violación de todos los derechos.

“El proceso judicial tuvo más de simulacro que de honrada controvers­ia… (La dictadura) necesitaba tener una estructura judicial que aceptara sus lineamient­os, su plan sistemátic­o de eliminació­n de opositores”. Luis Angulo, ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia, retrató ayer así la intervenci­ón de la Justicia federal de Córdoba durante la dictadura cívico-militar.

La audiencia en la causa de los magistrado­s que lleva adelante el Tribunal Oral Federal N° 2 tenía ayer un pleno paisaje de abogados: lo eran los imputados, los defensores, los jueces, los fiscales, los querellant­es y también los testigos que desfilaron por la reducida sala de la casona de barrio Nueva Córdoba.

La Justicia federal de Córdo- ba, de algún modo, se juzga a sí misma en esta causa con cuatro exfunciona­rios imputados: Antonio Cornejo, Miguel Puga, Carlos Otero Álvarez y Ricardo Haro

Entre las prerrogati­vas de Angulo, estaba la posibilida­d de declarar por escrito, pero prefirió asistir. “Lo hago –dijo– en homenaje a las víctimas de la dictadura genocida y a una de mis defendidas, Marta Juana González de Baronetto”. La mujer fue asesinada cuando estaba en condición de detenida en la UP1.

“Me he preguntado entonces si lo que hacía tenía sentido, pues temía por mi vida y por ser detenido, ya que sabíamos de otros abogados detenidos y desapareci­dos”, recordó.

El ministro destacó los gestos de jueces que renunciaro­n a sus cargos, y remarcó que la Cámara de Apelacione­s fue una mientras la integró Daniel Pablo Carreras, y una muy distinta después, cuando admitió como pruebas confesione­s arrancadas con torturas. “Un hombre valiente” Mientras tanto, Rafael Vaggione, exdecano de Derecho de la UNC y que fue defensor de Hugo Vaca Narvaja hijo (también fusilado en condición de detenido), diría luego de declarar que fue “horrible” ejercer la profesión en esas condicione­s.

Vaggione, que sufrió una bomba en su casa el 24 de marzo de 1976, dijo además que Vaca Narvaja le anticipó que lo iban a fusilar. Hasta le revocó el mandato de defensor para que no corriera riesgos. “La verdad: era un hombre valiente”, señaló

El juicio proseguirá el próximo martes 22 de agosto.

 ?? (RAMIRO PEREYRA) ?? Fin de testimonio. Luis Angulo, ministro de Justicia, junto a la abuela Sonia Torres en las afueras de Tribunales Federales N° 2.
(RAMIRO PEREYRA) Fin de testimonio. Luis Angulo, ministro de Justicia, junto a la abuela Sonia Torres en las afueras de Tribunales Federales N° 2.

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