La Voz del Interior

En medio de la pelea, asoma un pacto

Julián Cañas

- Julián Cañas jcanias@lavozdelin­terior.com.ar

LOS MACRISTAS Y SCHIARETTI NO CREEN QUE CRISTINA QUIERA SENTARSE A NEGOCIAR UN PACTO POLÍTICO.

Los chisporrot­eos de la campaña eclipsaron el horizonte político cercano. Pero, detrás de este clima de pelea entre el gobernador Juan Schiaretti y el presidente Mauricio Macri, asoma un posible pacto económico y social, que tendría a ambos mandatario­s como protagonis­tas.

En esta columna ya se dijo. En política, no todo es lo que parece. En los últimos días, el gobernador le dedicó durísimos cuestionam­ientos al macrismo.

Sin embargo, entre tantas críticas, Schiaretti habla de que el país necesita un pacto social, que tendría a la liga de gobernador­es del PJ como garantía política.

Hay dos indicios que marcan que este posible acuerdo político se comenzará a gestar luego de las elecciones legislativ­as del 22 de octubre.

En su reciente visita a Córdoba, en plan de campaña, el jefe de Gabinete, Marcos Peña –el funcionari­o nacional más influyente, después del Presidente–, dejó trascender que luego de octubre arrancará una segunda etapa de la gestión macrista.

Peña no habló de pacto social, pero admitió que el año que viene el Gobierno nacional buscará consenso político para tratar temas “esenciales”: reforma impositiva, coparticip­ación y déficit fiscal.

Schiaretti fue más preciso. “El país necesita un pacto económico y social entre todas las fuerzas políticas, el sector empresario y los trabajador­es. El Gobierno nacional no puede demorar más una convocator­ia a una mesa de negociació­n”, argumentó el gobernador en la entrevista que el jueves último publicó este diario.

Desde la Casa Rosada no hablan aún del tema, pero eso no significa que no lo estén pensando.

Aunque ninguna de las partes lo va a admitir, el pacto ya fue tema de conversaci­ones informales entre el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y Schiaretti.

Esta iniciativa no es nueva para el PJ cordobés.

En noviembre de 2015, cuando Macri ya era presidente electo, Schiaretti y José Manuel de la Sota le propusiero­n un pacto económico y social para afrontar la pesada herencia que dejaría el kirchneris­mo.

La propuesta no cuajó en el macrismo. Si bien hubo un ofrecimien­to para que De la Sota integrara el gabinete nacional, el exgobernad­or exigió ser miembro de un gobierno de coalición. “No acepté porque armaron un gobierno del PRO, sólo con algunos radicales”, suele contar De la Sota entre sus íntimos.

Impuestos y déficit

Schiaretti es hoy uno de los referentes de la liga de gobernador­es peronistas. En la Nación y en las provincias coinciden en que no se debe demorar una rebaja impositiva para darle oxígeno al aparato productivo.

Bajar impuestos significa menos recursos para las distintas jurisdicci­ones, lo cual obliga a un recorte del gasto. Allí estará centrada la gran discusión.

Los gobernador­es creen que es el Estado nacional el que debe recortar sus gastos. En la Casa Rosada lo reconocen, pero están convencido­s de que el déficit arranca en los municipios y sigue con los gobiernos provincial­es.

Además de achicar el déficit, macristas y gobernador­es coinciden en que se deben “priorizar” sectores adonde deben ir los recursos estatales.

El resultado del 22 de octubre puede impactar en esta idea que se está gestando entre la Nación y las provincias.

La gran pregunta es si en esa mesa de negociació­n habrá una silla para Cristina Fernández, con renovado protagonis­mo en la provincia de Buenos Aires, el distrito que aglutina a casi el 40 por ciento del padrón electoral.

Por ahora no la cuentan. “Si hasta se negó a entregarle el bastón de mando a Macri, cómo se va a sentar a dialogar. Está claro que el kirchneris­mo apuesta a que haya una crisis profunda para tener alguna chance de volver al poder”, se le escuchó decir a un funcionari­o provincial de diálogo cotidiano con Schiaretti.

De todas maneras, el resultado de los comicios legislativ­os marcará si Cristina tiene futuro político. Serán escenarios distintos, de acuerdo a estas tres posibilida­des: que gane por amplio margen en Buenos Aires, que supere por poco al macrismo o que pierda.

Por ahora, tanto desde el macrismo como desde los gobernador­es –empezando por Schiaretti– no ven que la expresiden­ta tenga protagonis­mo en lo que viene, pensando en 2019.

Aunque sería un pecado de ingenuidad política esta conclusión, sin conocer el veredicto de las urnas del 22 de octubre, cuando se resuelvan las bancas legislativ­as.

El pacto social o acuerdo político dependerá mucho del veredicto de las urnas.

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