El rompecabezas Trump: ¿qué persigue el presidente de EE.UU.?
De vacaciones, el jefe de la Casa Blanca alimenta con amenazas el litigio con Corea del Norte, que tiene en vilo al mundo entero. Aunque atenuó su retórica, ayer usó Twitter para avisar que su país está listo para un ataque.
forma y, en el actual estado de situación, no informe a sus aliados sobre próximas acciones militares también puede ser interpretado como un mensaje a su propia base de apoyo (“Yo, el presidente de Estados Unidos, soy fuerte”) en momentos en que el consenso flaquea, según varias encuestas.
Al contrario que Barack Obama, él no considera que el cambio climático sea la principal amenaza para la humanidad. Pero sí causa asombro su deseo de desnuclearización, después de haber advertido a Corea del Norte sobre las históricas consecuencias que sufriría y de destacar el gran arsenal nuclear estadounidense.
Trump es difícil de interpretar. A menudo se contradice varias veces en un mismo razonamiento. Pese a ello, su segunda comparecencia en Bedminster sonó más tranquilizadora que la primera.
El presidente no retiró sus palabras de “fuego y furia”, pero tampoco quiso repetirlas. No se trató de un desarme retórico, pero lo importante es la política concreta, y esta no ha cambiado hasta ahora en Washington. Ni tampoco en el club de golf.
Después de abordar la crisis con Corea del Norte, el jefe de la Casa Blanca continuó repasando otros focos de crisis en política interior y exterior. Le dio las gracias a Rusia por la expulsión de cientos de diplomáticos estadounidenses “porque así es más barato”. ¿Fue irónico u opina eso realmente de un tema tan importante? No se sabe. Puede que sí, según algunos comentaristas, puesto que hay muchos puestos desocupados en el Departamento de Estado y en otras instituciones. Quien piensa en “Estados Unidos primero” no necesita ningún diplomático.