El kirchnerismo, una expresión minoritaria
cadenas nacionales, mientras que los afectados percibían que las soluciones nunca llegaban.
Aquella antigua expresión peronista que afirma que la única verdad es la realidad conserva plena vigencia. La oposición que le planteó Cristina Fernández al presidente Macri desde el primer día, al no entregarle los atributos del mando como lo indica la tradición republicana, se fue construyendo con medias verdades que, al ser replicadas por el fanatismo militante, se alejaron cada vez más de la realidad.
Mientras el kirchnerismo hablaba de una inflación galopante, el Indec reestructurado y creíble medía la mitad. En las redes sociales se consignaban decenas de miles de despedidos en el Estado, cuando en realidad existen hoy más empleados públicos que durante el gobierno de Cristina.
Otro tanto sucedía con la ayuda social canalizada por planes y subsidios. El gasto social es hoy mayor que en 2015, al igual que la cantidad de beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo.
Es cierto que tuvieron y tienen un fuerte impacto los aumentos en las tarifas de los servicios públicos, pero los acuerdos salariales en paritarias, la mayoría de los cuales se firmaron con cláusulas gatillo para que fueran compensados los sueldos si la inflación terminaba siendo más alta, dio un equilibrio razonable a los ingresos de los trabajadores.
En definitiva, la realidad no era tan positiva como difundía el Gobierno, pero tampoco tan mala como la pintaba la oposición.
Lo que se llamó la resistencia