La Casa Blanca titubea al condenar el racismo
Tras la violencia de los supremacistas, se abrió otra polémica. El Gobierno de EE.UU. trató de aplacar las críticas al magnate.
En cambio, el alcalde demócrata de esa ciudad calificó lo ocurrido horas antes como “un acto de terrorismo”.
Desde la noche del viernes y durante toda la jornada del sábado, columnas de neonazis y decenas de milicianos armados como militares que decían “proteger a la nación” inundaron la ciudad universitaria, de unos 50 mil habitantes, para una manifestación en un parque bautizada como “Unir a la derecha”. Allí los esperaba otra protesta, una de simpatizantes antirracistas y pacifistas que rechazaban su presencia.
La violencia llegó a su máximo nivel cuando un hombre, quien ayer fue identificado como James Alex Fields Jr., un joven blanco de 20 años, atropelló con su auto a la multitud antirracista, mató a una persona y dejó 20 heridos.
“El presidente dijo ayer (por el sábado) con mucha contundencia que condena todas las muestras de violencia, fanatismo y odio (...). Y, por supuesto, eso incluye supremacistas blancos, el Ku Klux Klan (KKK), neonazis y todos los grupos extremistas”, intentó aclarar ayer la Casa Blanca en un comunicado. Otra declaración, emitida el sábado por Trump, fue criticada por la oposición y por grupos civiles por ser muy débil y no mencionar de manera explícita a los grupos de extrema derecha.
Mientras Trump aludió a actos de violencia “por varios bandos”, su asesor de Seguridad Nacional, HR McMaster, fue más contundente. “En cualquier momento que cometas un ataque contra el pueblo para incitar miedo, eso es terrorismo. Coincide con la definición de terrorismo”, concluyó McMaster. Antes, había definido el acto como terrorismo el alcalde Charlottesville, Mike Signer.