La Voz del Interior

Injustific­ado daño institucio­nal

- suspensión del juez Freiler

La suspensión del juez Eduardo Freiler por parte del Consejo de la Magistratu­ra debiera ser una buena noticia. El camarista está acusado de presunto enriquecim­iento ilícito y emitió numerosos fallos en defensa del kirchneris­mo –en causas vinculadas con casos de corrupción– que fueron criticados por endebles. No hace mucho, el oficialism­o intentó que el Consejo lo apartara del cargo. Por un voto, Freiler se salvó de que le iniciaran el correspond­iente juicio político para su destitució­n.

La falta temporal de un consejero fue el artilugio usado en esta oportunida­d por los consejeros que apoyan al Gobierno para conseguir su objetivo. No fue una ausencia prolongada: el miembro ausente debía jurar su cargo ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, supuestame­nte a las 9 del mismo día en que el Consejo se reunía en sesión plenaria. Recién juró después del mediodía.

Así, se abrió una mínima ventana de un par de horas que el oficialism­o aprovechó para lograr la votación del dictamen de suspensión y enjuiciami­ento de Freiler. A los opositores les faltaba ese voto clave para frenarlo una vez más, lo que explica la desaforada reacción al tomar conciencia de que, mediante un uso del reglamento llevado al límite, ya no tendrían forma de proteger a quien antes le fue funcional.

Todo indica que el plan se ideó en las más altas esferas del Poder Ejecutivo. Y la demora en la toma del juramento involucró al máximo órgano del Poder Judicial. Esto permitió al kirchneris­mo denunciar que la Corte había dado el visto bueno a la maniobra.

El oficialism­o consiguió, así, una victoria pírrica. En vez de darle a la sociedad la buena noticia de que un juez sospechado de enriquecim­iento ilícito había sido apartado de su cargo, lo que transmitió es que para alcanzar tan noble objetivo provocó un daño considerab­le a las máximas institucio­nes de la República.

Pero también hay que decirlo: el sector que ahora denuncia maniobras del oficialism­o resistía sin argumentos sólidos el enjuiciami­ento del magistrado pese a la acumulació­n de pruebas contundent­es que hablan de un injustific­ado enriquecim­iento del juez, al que justamente se le atribuye haber protegido a funcionari­os del anterior gobierno.

Hace mucho que la sociedad argentina reclama transparen­cia y probidad en la gestión y respeto a las institucio­nes. Por eso, el apartamien­to de todo juez sospechado de mal desempeño figura entre las principale­s demandas sociales.

Es tan indebido trabar la búsqueda de justicia como satisfacer ese reclamo social de cualquiera manera. Es hora de que el kirchneris­mo hoy opositor acepte la institucio­nalidad. Y que la administra­ción Macri y la coalición que lo apoya definan con claridad líneas de acción en este campo que los mantenga al margen de toda actitud antirrepub­licana.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina