La Voz del Interior

“Nos despertaro­n los ladridos de los perros”

- Fernando Agüero Correspons­alía

Suma es un dogo argentino. Su porte y sus fauces disuaden a cualquiera de acercarse. Pero es un cachorro de apenas un año y unos meses que sólo quiere jugar y obedecer a sus amos. Se acerca y olfatea el pantalón del visitante mientras sus dueños lo miran, agradecido­s.

Alfredo Gómez es puestero en el campo Las Brisas, ubicado en el paraje al que se le da el mismo nombre o Sierras de Oro, a la vera de la autopista Córdoba-Carlos Paz.

“El fuego nos sorprendió durmiendo. A las 2 de la mañana, los perros nos despertaro­n con sus ladridos desesperad­os”, dice y apunta que su hijo, Pablo, escuchó también los gritos de los bomberos que les pedían que salieran de la casa en donde el humo ya estaba en todos lados.

Suma, el dogo, y dos perros “guasos”, Chey y Manchita, alertaron a sus dueños sobre lo que estaba pasando a pocos metros de la casa: llamas de varios metros de alto llegaron de repente por un cambio brusco del viento.

“La crucé a mi esposa al otro lado de la autopista. Hace poco sufrió un infarto y la quería cuidar del humo. Dentro de todo y a pesar de la tristeza que tenemos hoy al ver el campo así, todo quemado, estamos bien”, afirma Alfredo. Fin del mundo

Alfredo no durmió. Amaneció cuidando el campo y sus animales. Y todavía no sale del estupor que le causó ver tan de cerca el paso arrasador de las llamas por el monte que protege todos los días. “Nunca vi un viento así, era como si quisiera que se acabara el mundo”, cuenta.

“Las llamas, impresiona­ntes, fue muy feo. Y esto sirve para que la gente tenga conciencia cuando tira una colilla de cigarrillo en la autopista. El campo amaneció todo negro y tengo una gran tristeza”. Bombero desde siempre

La vida de Julián Guzmán, que tiene 27 años, está ligada de cabo a rabo a la actividad de los Bomberos Voluntario­s de Río Segundo. A los 5 años, cuando otros chicos elegían ir a fútbol o a básquet, él prefería pasar sus horas en el cuartel.

Como a tantos otros voluntario­s, a Julián le tocó el martes último ser parte del operativo para apagar las llamas que desde la semana pasada azotan la reserva ambiental La Defensa de La Calera. “La situación siempre fue complicada a raíz de los vientos cambiantes. El riesgo es un factor que tratamos de llevar al mínimo. Hubo momentos de riesgo en que decidimos replegar, manteniénd­onos a salvo en todo momento”, dice.

“Hace 23 años que soy bombero, es mi vocación. Cuando era chico, varios amigos del barrio empezaron en el cuartel y me sumé”, afirma y agrega: “Es una motivación muy grande trabajar en emergencia­s, saber que podemos aportar un poco, nos hace sumar experienci­as, conocer gente, trabajar en ambientes que no conocemos”.

Para Julián, la actividad que eligió para su vida genera vínculos imborrable­s y una larga lista de experienci­as y amistades ganadas entre las llamas y el sudor del trabajo. “Tuve la oportunida­d de estar en Chile capacitánd­ome y también colaborand­o en los grandes incendios forestales y en ambas situacione­s conocimos gente, nos hicimos de amigos y eso es algo muy lindo”, cuenta. Desde el llano

Los Bomberos Voluntario­s de la localidad de Del Campillo viajaron 400 kilómetros para llegar a Malagueño y ponerse bajo las órdenes del equipo que coordinó el trabajo de los cientos de efectivos que arribaron desde todos los puntos de la provincia.

Sentada a un costado de la camioneta del cuartel, Brenda Alonso descansa después de una mañana agotadora.

Sus compañeros Juan María Dubini y Javier Forgia hacen lo mismo en las cercanías de la autopista Justiniano Allende Posse, donde al mediodía de ayer varios cuarteles recibieron las raciones de alimento y pararon un rato.

“Tengo 24 años y soy bombera desde 2014. Me gusta y me nació dar una ayuda a la gente”, cuenta y apunta: “Se me complicó el trabajo con la mochila cargada pero lo pude sobrelleva­r bien”.

“Somos del llano y venimos a colaborar en este terreno de pendientes”, señala Javier, que asegura que desde hace tiempo reciben capacitaci­ón para trabajar en cualquier tipo de topografía.

 ?? (RAMIRO PEREYRA) ?? En llamas. A Alfredo Gómez, puestero en el campo Las Brisas, a la vera de la autopista Córdoba-Carlos Paz, los oportunos ladridos de su dogo Suma y de otros perros lo salvaron del fuego que se acercaba a su casa ayer a la madrugada.
(RAMIRO PEREYRA) En llamas. A Alfredo Gómez, puestero en el campo Las Brisas, a la vera de la autopista Córdoba-Carlos Paz, los oportunos ladridos de su dogo Suma y de otros perros lo salvaron del fuego que se acercaba a su casa ayer a la madrugada.
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