La Voz del Interior

Argentina ya se entrena y el cordobés Bustos disfruta con todo

Fabricio Bustos, de 21 años, es la gran sorpresa en la convocator­ia de Sampaoli. Oriundo de Ucacha, este cordobés la peleó desde niño.

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Hace nueve años, Fabricio Bustos armaba su bolsito y con apenas 12 le decía adiós a su familia y a los 6.500 habitantes de Ucacha (localidad situada en el centro sur de la provincia de Córdoba) para ir a cumplir su mayor sueño: ser futbolista profesiona­l.

Era apenas un niñito que se había animado a ir a una prueba que realizaba Independie­nte de Avellaneda en el club Lambert, de Monte Maíz, donde quedaría selecciona­do. Y con 11 años empezó a viajar a Buenos Aires cada 15 días.

Hasta que llegó el momento de apostar por su futuro e irse a vivir a la pensión del Rojo, dejando todo atrás, a 600 kilómetros de casa.

En Ucacha quedaron su papá José, su mamá Carina y sus hermanos Nicolás y Martina.

Ayer, el teléfono de los Bustos no paró de sonar en todo el día en una Ucacha que estaba convulsion­ada porque el “Fabri” (nacido el 28 de abril de 1996), aquel niño hoy de 21 años, salía en la TV entrenando al lado de Lionel Messi, en el predio de Ezeiza y con el escudo de la AFA en una camiseta de entrenamie­nto. Una locura.

Un camino difícil

“Fabricio arrancó en Newbery de Ucacha y acá jugó hasta los 10 años. Se fue muy de chiquito. A esa edad hizo la prueba en Independie­nte y quedó. Se fue con 12 años y no le fue fácil. Extrañaba mucho y se quería venir. Si no fuera por mis papás, que siempre lo apoyaban, no estaría acá”, dice su hermano mayor “Nico”, ante

Mundo D.

Los dos se criaron juntos, ya que se llevan apenas un año y medio, con la infancia feliz que te ofrece un pueblo del interior cordobés: pelota y potrero de la mañana hasta la tardecita.

“No tiene palabras lo que se siente. Nos llena de orgullo. A ‘Fabri’ lo valoro más como hijo, sobre el jugador. Es una persona humilde, un chico familiero, teniendo tantas tentacione­s elige su familia en sus vacaciones, para compartir esos asados que tanto le gustan. Y estar en casa. Su hábitat es la familia”, dice su papá José, que lideró una familia a la que nunca le sobró nada.

Su padre se gana la vida vendiendo quesos, fiambres y pastas en un emprendimi­ento propio. Su mamá, en tanto, era repostera y hoy trabaja junto a su marido.

Los Bustos conformaro­n un hogar humilde que nunca pudo darse grandes lujos. Como tanta gente que se levanta cada jornada para ganarse el pan en este país, viviendo “al día”.

“Mi hermano la peleó como loco. Estuvo citado a la Sub-15, después a las Sub-17 y ahí se rompió los (ligamentos) cruzados, se perdió el Mundial y fue un golpe durísimo. Se quería venir a Ucacha y mis papás lo convencier­on. Después, cuando estaba por debutar en Primera, se rompe los meniscos. Ese fue otro momento durísimo”, relata “Nico”.

Tanta lucha tuvo sus frutos: el 5 de diciembre de 2016, el técnico Gabriel Milito lo puso como titular en el triunfo 1-0 sobre River de la 12° fecha del Campeonato 2016/17. Y no salió nunca más.

Con 25 partidos en Independie­nte, le llegó esta soñada citación a la selección de Sampaoli.

En inferiores, Fabricio supo jugar de volante central y también de enganche. En Independie­nte, empezó jugando de “8” y en el Sub-17 lo colocaron de lateral. Ya en Reserva, el propio Milito le encontró su puesto de lateral y todo encajó a la perfección.

Los que lo conocen lo definen como un “4” rápido y fuerte, que puede jugar por ambas bandas. “Por algo Sampaoli se fijó en él”, dice su hermano.

“Como jugador, es un chico que la ha peleado desde niño, con un gran desarraigo, extrañando, sufriendo, pasando necesidade­s económicas, porque tampoco teníamos la dicha de que nos sobrara para que esté bien. Vivía con lo justo. Nosotros lo visitábamo­s cada dos meses. De ahí sale su gran personalid­ad, de pelearla y saber por qué estaba allá. De ahí sale su garra. De querer conseguir su sueños. Por algo le dicen el ‘Tractor’, por su fuerza”, cierra su papá José, muy emocionado.

“Fabri”, en Ezeiza, ahora pelea una pelota con Messi, el ídolo que tenía “allá arriba” desde niño.

Y sí, los sueños son el gran tractor de la vida. Lo puede contar Fabricio Bustos. El pibito que con 12 años armó su bolso y se fue de Ucacha para triunfar.

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(TéLAM) Desde Independie­nte. “Fabri” Bustos se fue con 12 años de su pueblo para vivir en la pensión del Rojo. El cordobés tiene 25 partidos en Primera.

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