Gómez y lo que valen los amistosos
El técnico de la Gloria trata de ser “equilibrado” y dice que el objetivo es el inicio del campeonato. Espera por la habilitación de tres refuerzos.
Se lo ve metido a fondo a Gabriel Gómez en esta aventura de su vida llamada Instituto. No para un segundo.
Habla con Víctor López sobre cómo debe moverse la defensa. A los dos minutos está charlando con Pablo Álvarez, coordinador de inferiores, por la organización de trabajo. Y, un rato después, está en una de las canchas de La Agustina siguiendo la evolución de los futbolistas que arrastran alguna molestia física.
Está con todo Gabriel Gómez porque sabe que se juega la gran apuesta de su vida en este ciclo, todavía en nacimiento, con la Gloria.
El 16 de septiembre arrancará la Primera B Nacional, torneo en el que el Albirrojo debutará recibiendo como local a Guillermo Brown de Puerto Madryn.
Superado ese “accidente” que fue enfrentar a River por Copa Argentina, luego el equipo no tuvo una buena noche en Río Cuarto en un doble amistoso con derrota ante Estudiantes de esa ciudad.
Este sábado llegará el turno de medirse con Sportivo Belgrano de San Francisco, en otro cotejo de preparación (será a la mañana, sin público y en Alta Córdoba).
“Yo a los amistosos no les doy tanta importancia, yo sé que no llegamos en las condiciones en que tenemos que llegar para jugar, pero nos sirve para hacer fútbol e ir viendo los errores que se cometen. Si bien no les doy importancia, sirven para corregir los errores”, cuenta Gómez.
“Los amistosos pueden confundir para bien o para mal. Me ha pasado en otras preparaciones que ganás todos los partidos y pensás que está todo bien. Y cuando empieza el campeonato, te empiezan a pegar los golpes que no querés en ese momento. Y también me pasó lo contrario. Entonces los tomo con pinzas, trato de ser equilibrado. Lo que vale es el inicio del campeonato”, reitera.
Por ahora, su equipo muestra algunos claros signos de su estilo: tenencia de pelota, salida prolija desde el fondo y mucha gente en ataque. Pero no se “casa”con nada. “Nosotros armamos un equipo para un sistema base y a partir de ahí vamos a ir buscando otro sistema que nos quede cómodo a todos, sobre todo a los jugadores. La salida es otro tema, es una parte más del juego. No es una psicosis que hay que salir jugando como sea. Es un inicio de juego, tratar de hacerlo prolijo. Si no va, saltearemos líneas. No nos vamos a enredar tanto. Tenemos que llegar al primer partido sabiendo cuándo se puede salir jugando y cuándo no”, avisa y se esperanza en el campeonato que vendrá: “Estoy conforme, porque hay jugadores inteligentes, hay buenos jugadores. De a poco vamos a ir agarrando el funcionamiento. Todos los equipos están en la misma situación. No vamos a encontrar a un equipo que viene trabajando desde hace tres años. Estamos todos en la misma, en un torneo que será muy complejo y competitivo”.