Argentina hizo méritos para sufrir hasta el final

HAY VARIAS RAZONES QUE EXPLICAN POR QUÉ SI ARGENTINA SE CLASIFICA HABRÁ MUCHO DE CASUALIDAD Y POCO DE CAUSALIDAD.

Brotaba todo junto. Preguntas, respuestas, bronca, decepción, críticas, banca, cuestionamientos, incredulidad, confianza ciega... Fue un miércoles signado por las sensaciones futbolísticas que el martes fueron generadas por el 1-1 entre Argentina y Venezuela, que dejó a la Albiceleste en incómoda situación en las eliminatorias sudamericanas y con su clasificación al Mundial de Rusia 2018 en riesgo.

Apenas el chileno Roberto Tobar decretó el final del juego en el Monumental, se disparó una catarata de síntomas, entre los cuales había uno coincidente: la preocupación extrema. Y eso se transformó en uno de los temas que atravesaron el día, por más que el país tiene otros motivos más que trascendentes de qué ocuparse. Lo primero que, aunque duela, hay que decir, es que si el fútbol fuera un deporte lógico, el argentino ha hecho los méritos suficientes como para quedarse fuera del mundial ruso. Desde octubre de 2015 hasta ahora, lapso en el cual se jugaron las 16 fechas transcurridas de la eliminatoria, esta AFA que venía de la eterna y vertical era de Julio Grondona siguió siendo un caos y tuvo tres conducciones: la encabezada por Luis Segura, la de Armando Pérez (titular de la Normalizadora) y la de Claudio Tapia. Cada una eligió un DT distinto (Gerardo Martino, Edgardo Bauza y Jorge Sampaoli) con propuestas diferentes, en las cuales lo más repetido fueron las malas actuaciones, sin entrar en detalles sobre los pobres aportes de varias de sus figuras. Son algunas de las razones de por qué si Argentina se clasifica habrá mucho de casualidad y poco de causalidad.

Y mientras la alerta que impulsó el Primer plano de hoy empieza a virar hacia la presión para las decisivas fechas de octubre, hay escasos signos que alienten el optimismo. Si uno ve las estadísticas, Argentina está quinta. Si analiza los rivales, no pudo con Venezuela, el último. Y si se enfoca en rendimientos colectivos e individuales, la deuda es grande. Por eso sufre. Pero como es fútbol y todo puede pasar, la llama de la esperanza brillará hasta el último minuto.