La Voz del Interior

Los azucareros resisten la limitación a los sobrecitos

Centros de esta actividad del país pidieron que el Concejo reconsider­ara la ordenanza que prohíbe el azúcar libre en los bares. Dicen que es un alimento y que no es responsabl­e exclusivo de obesidad y de diabetes.

- Ary Garbovetzk­y agarbovetz­ky@lavozdelin­terior.com.ar

El Centro Azucarero Argentino mandó una nota al Concejo Deliberant­e de Córdoba en la que pide, casi sobre la hora, que se posponga el tratamient­o de la ordenanza que prohíbe las azucareras y las cajitas con sobres de azúcar de libre disponibil­idad en las mesas de los bares. El proyecto figura en el orden del día de hoy, viene con despacho favorable de todas las comisiones y, según el jefe del bloque de concejales oficialist­a (y coautor del proyecto), Lucas Balián, será aprobado por unanimidad.

Eso será así si el lobby azucarero no consigue ganar tiempo y posponer la discusión.

El presidente del Centro Azucarero Argentino, Fernando Nebbia, reclamó en una carta dirigida al viceintend­ente Felipe Lábaque que se los consulte y se les permita presentar sus argumentos en contra de la iniciativa antes de que se apruebe como ordenanza.

Según los azucareros, la ordenanza busca reemplazar un “ali- mento natural” como el azúcar por endulzante­s que podrían hasta llegar a ser tóxicos.

También tacha de “demonizado­ra” la ordenanza al atribuirle al azúcar la responsabi­lidad sobre el crecimient­o de la diabetes y la obesidad. “La obesidad y el sobrepeso, como otras enfermedad­es crónicas no transmisib­les, son de carácter multifacto­rial, resultado de múltiples causas. Por ende, ningún alimento o nutriente puede ser señalado como único causante. Entre los factores concurrent­es, se incluyen el creciente sedentaris­mo y el consumo excesivo de alimentos de baja densidad nutriciona­l”, argumentan.

Balián respondió que la “única finalidad (de la ordenanza) es regular el consumo discrecion­al de azúcar en locales gastronómi­cos”. La iniciativa es equiparabl­e a lo que se hizo con la sal y la prohibició­n del salero en la mesa: como con la sal, se podrá tomar el café con azúcar, pero habrá que pedirle al mozo que lo lleve a la mesa.

Por ello, el concejal rechaza que se demonice el azúcar. “El espíritu de la normativa no pretende la prohibició­n del consumo de azúcar, como así tampoco la difusión de publicidad­es negativas para el producto”, remarca.

La referencia a la publicidad negativa responde a otro argumento, expresado por el presidente de la delegación tucumana del Centro Azucarero –quien también escribió al Concejo–, Julio José Colombres. “Se pretende disponer una serie de prohibicio­nes y la difusión de publicidad­es negativas para el producto azúcar, pretendién­dose responsabi­lizarlo de una cantidad de males a la salud del ser humano”, reprochó Colombres.

Si se aprueba la ordenanza como está, el eventual perjuicio a la industria sería la base del segundo paso de la resistenci­a: las presentaci­ones judiciales.

“Atacar sin fundamento­s serios a este producto noble y natural implica atacar a la actividad más relevante de la región del Noroeste, que da trabajo a la mayor cantidad de familias de la región y genera crecimient­o y desarrollo en localidade­s distantes y remotas de nuestra República”, enfatiza (¿y advierte?) el Centro Azucarero. En su carta, Nebbia va más allá incluso: “Resulta inconducen­te el objetivo buscado, pues no ataca las verdaderas causas del problema, genera una gran injusticia al etiquetar como no saludable un elemento que es por definición un alimento y daña los sistemas productivo­s de provincias hermanas”.

Balián intentó desarmar este argumento: “En su redacción, el proyecto es contundent­e al establecer que el consumo excesivo de azúcar es perjudicia­l para la salud y no el consumo en sí mismo”. Esta distinción es clave, porque uno de los puntos centrales de la ordenanza es el que establece que en todo local gastronómi­co se tendrán que colocar carteles visibles al público con la leyenda que advierte de esto: que el consumo “excesivo” de azúcar es perjudicia­l a la salud.

“Consideram­os valioso su aporte, pero debemos desarrolla­r políticas públicas que fomenten y promuevan la salud de nuestros ciudadanos”, concluyó Balián.

La iniciativa también obliga a las cantinas de clubes, de escuelas y de espectácul­os públicos a tener en el menú de opciones bebidas sin azúcar, así como establece que una décima parte del total de los productos de las heladerías tienen que ser light o con baja cantidad de azúcar.

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(JOSÉ HERNÁNDEZ) No al sobrecito libre. Habrá que solicitárs­elo al mozo. No estará más, en cantidad, sobre la mesa.

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