Los que llegan a Córdoba desde lejos para terminar la secundaria
Las escuelas de Córdoba contienen a niños cuyas familias decidieron abandonar sus tierras de origen por diferentes motivos. Chicos de Venezuela, Siria y hasta de Santa Cruz vienen a terminar el secundario a estos lares.
La escuela como objetivo. Como ancla. Como pasaporte. Como razón de vida. Si bien todos esos motivos son –o deberían ser– válidos para todo estudiante que pise suelo argentino, para algunos adquieren una dimensión especial.
La escuela es explícitamente buscada, dadas las dificultades para cursar que tienen en su tierra de origen.
Por estos días, algunas escuelas de Córdoba albergan a estudiantes que, de manera temporaria o definitiva, han abandonado sus compañeros, sus maestros y hasta sus familias para aventurarse en las aulas locales, con las diferencias de sistema y hasta de lengua.
Están los que provienen de Santa Cruz, provincia que llegó a las vacaciones de julio sin haber dictado un solo día de clases. En agosto, hubo una tregua parcial y algunos colegios comenzaron.
El acuerdo general amagó con llegar el lunes 4 de septiembre, cuando se dio “inicio” al ciclo lectivo. Pero duró apenas cuatro días: el viernes pasado, los gremios decidieron volver al paro, argumentando que la gobernadora Alicia Kirchner no pagó los aumentos acordados y en rechazo a extender el calendario 2017 hasta marzo de 2018.
El año pasado, se cursaron apenas 90 días de clases, la mitad del período regular. “A estos chicos les dimos un tratamiento especial, en primer lugar porque no es responsabilidad de los estudiantes no estar completando regularmente su trayectoria escolar”, dice Delia Provinciali, secretaria de Educación del Ministerio.
Si bien los casos no son numerosos, Provinciali cuenta que se trabajó en las equivalencias, en especial porque Santa Cruz tiene séptimo grado en primaria y cinco años en el secundario. En todo el país, para aquellos que “emigren” de Santa Cruz, está previsto un sistema de tutorías para que finalicen de cursar el 22 de
El MinistErio dE Educación dio un trataMiEnto EspEcial a los chicos quE viniEron a coMplEtar sus Estudios.
diciembre próximo. La mayoría de estos chicos llegan a Córdoba solos, para cursar el último año (o los últimos dos) del secundario. Muchos tenían previsto hacer una carrera universitaria, con lo cual adelantaron los planes (y los gastos de sus familias).
Mejores perspectivas
También hay chicos que arribaron desde Venezuela, huyendo de un contexto político y económico cada vez más grave. El presidente Nicolás Maduro ha arremetido allí contra todas las instituciones independientes, con cientos de presos políticos, muertos diarios en protestas callejeras, altísima inflación y una escasez extrema de alimentos y bienes en general. Los chicos que han llegado (no son muchos) vienen con sus familias de origen y tienen planes de afincarse de manera permanente.
Y después, hay casos más extremos, como la familia siria que abandonó Damasco y eligió Córdoba, en el marco del Programa Siria, un plan de Visado Humanitario que lleva adelante el Ministerio del Interior de la Nación. Hasta el momento, los Jalboukh son la única familia completa radicada en la ciudad de Córdoba.
Damasco, ciudad poco más grande que Córdoba, está ocupada por los rebeldes desde 2012, con bombardeos permanentes. Además, escaseaban alimentos, fallaban las comunicaciones y faltaba el empleo.
Todos extrañan a sus amigos, pero dicen que han encontrado aquí amistades igual de intensas. El rol de maestras y de profesores que los acompañan es clave para que logren hacer que estas aulas, las cordobesas, sean también parte de un mundo que los abrace.