El capital social comienza en la escuela
Cuatro historias de niños y jóvenes que por diversas razones tuvieron que emigrar a Córdoba para Completar sus estudios.
e l capital social de una persona con el que afrontará las exigencias de la vida comienza a gestarse en la escuela.
La educación que no se adquiere en la temprana infancia y en la adolescencia será luego una pesa- da mochila a la hora de encontrar un trabajo.
En nuestra apuesta informativa de hoy la periodista Laura González encontró cuatro historias de chicos que, por diversas razones, tuvieron que dejar su lugar de origen para radicarse en Córdoba a completar sus estudios primarios y secundarios.
Estos relatos están desplegados en las páginas 4 y 5 de Primer plano y vale la pena descubrir cómo estos niños y jóvenes se las arreglan en Córdoba.
Se trata de hermanas venezolanas, dos chicas oriundas de la provincia de Santa Cruz y tres hermanitos llegados desde Siria.
En todos los casos, la situación en sus lugares de origen obligaron a las familias a buscar nuevos horizontes.
Así como la familia Jalboukh escapó de los horrores de Siria, las hermanas Oriana y Adriana dejaron atrás las problemas de Venezuela y Camila y Giovanna llegaron desde Santa Cruz para intentar no perder el año lectivo.
No son muchos los casos en Córdoba, pero cada historia de estos chicos es un mundo.
Desde el Ministerio de Educación de Córdoba admiten que estos jóvenes reciben un tratamiento especial porque no es su culpa encontrarse en esta situación.
El “tratamiento especial” no implica facilitar su tránsito por la escuela, pero sí actúa como forma de contención frente una experiencia por la que no atraviesa el común de los alumnos.
Situaciones de desarraigo que cuando se superan se convierten en verdaderas fortalezas.
Las escuelas cordobesas de acogida se han mostrado a la altura de las circunstancias, tanto directivos, docentes, alumnos y sus padres. Un aporte para que las aulas de estos lares sean el nuevo lugar en el mundo de estos chicos.