La Voz del Interior

Ser o no ser de la selección

- Hugo García hgarcia@lavozdelin­terior.com.ar

“V aa parecer raro lo que voy a decir, pero es un poco difícil jugar con Messi. Personalme­nte, porque jugamos en la misma posición y trato de respetar siempre su espacios dentro de la cancha y sentirme lo más cómodo posible”, dijo Paulo Dybala antes de Barcelona-Juventus.

Con un silenzio stampa enla selección, Dybala terminó admitiendo en Europa la instancia crítica que vive Argentina, cuya clasificac­ión al Mundial de Rusia corre riesgo. “Estamos en un momento complicado, pero vamos a ir a la Copa del Mundo”, completó el ex-Instituto.

Sin embargo, las expresione­s del goleador de la Juventus ofrecen la posibilida­d de hacer un análisis mucho más trascenden­te a cómo repercutió su discurso en el mundo de la selección, y de si era momento y lugar para que el delantero nacido en Laguna Larga hablara así.

Sus declaracio­nes obligan a hablar de fútbol. El diagnóstic­o del goleador permite evaluar la responsabi­lidad de Jorge Sampaoli en la definición de su táctica y la que le cabe a cada jugador por su desempeño colectivo e individual. El DT ha priorizado una propuesta agresiva y vertical que busca una resolución a un toque para poder llegar desde las bandas y concluir con un pase a la red.

Sin embargo, lo producido terminó siendo la conocida acumulació­n de individual­idades empujándos­e unas a otras y sin poder desequilib­rar en un escenario en el que Uruguay y Venezuela proponían el desafío de atacar en espacios reducidos y defender en espacios amplios. Siendo más noticia el desequilib­rio defensivo producido que los avances serios.

El fútbol de Sampaoli debe ofrecer una alternativ­a a acumular delanteros y ofrecerle a Messi un escenario distinto al actual, en el cual recibe lejos del arco y con la obligación de superar tres o cuatro marcas.

Estar en la selección también significa ser de selección. Aquí es donde se puede cuestionar al resto de los jugadores. Si “es un poco difícil jugar con Messi”, significa literalmen­te que hay muchos jugadores que deben “aprender muchas cosas” para estar al nivel de Messi y del equipo. Como se encuadró el propio Dybala.

En ese mismo escenario en el que hubo pocos ataques serios, quienes le vieron la cara al arquero rival o tuvieron la pelota en el área resolviero­n mal. Podría citarse al propio Dybala, cuya sequía goleadora con la selección difiere de su momento en Juventus. Desde que empezó la 2017/18, Paulo acumula siete goles en cinco partidos. Con la selección jugó 10 encuentros y no convirtió. Y esa doble vida, ese contraste que ya lleva años, sobre todo cuando hay que jugar finales, es la que debe terminar. Para ser de selección. Pero de verdad.

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