Una actividad molesta, un problema complejo
SI LA ALTERNATIVA DE SUPERVIVENCIA DE MUCHAS PERSONAS ES CUIDAR COCHES, NUESTRA SOCIEDAD TIENE UN PROBLEMA.
Es un tema complejo. Habría que preguntarse qué pasó en Córdoba y en Argentina en las últimas décadas (ganadas o no) como para que un ejército de personas tengan que ganarse la vida cuidando coches.
El efecto no deseado de ese derrumbe económico y social explica en parte la molestia de la que todos los automovilistas de la ciudad de Córdoba se quejan.
En algún momento, hubo intentos por regularizar la situación, pero la arena se escurrió por las manos.
En la capital cordobesa los cuidadores de coches se apoderaron de las principales cuadras de la ciudad, las que rodean a bares, hospitales, en barrios cercanos al Centro o en las inmediaciones de estadios o plazas donde se concretan espectáculos públicos.
En la mayoría de los casos, a las tarifas las imponen los “naranjitas” y no hay dudas de que hay que pagarlas o arriesgarse a que los vehículos terminen con alguna rayadura.
De eso se trata nuestro Primer plano de la edición de hoy. Desplegado en las páginas 4 y 5, el periodista Tomás Vázquez se tomó el trabajo de realizar un relevamiento para detectar lugares y precios.
Así como hay cooperativas que trabajan en regla, también hay “organizaciones” que se apropian de calles.
Se podría decir que todas las calles tienen nombre, pero hay algunas que tienen “dueños”.
La Municipalidad de Córdoba está trabajando en un proyecto que desembocará en un nuevo sistema de estacionamiento medido.
Los cuidadores de coches con los que habló este diario están convencidos de que el nuevo régimen no los sacará de las calles.
En la organización Change.org se propició la recolección de firmas para sacar de las calles a los “naranjitas” que no estén habilitados. La campaña no es nueva, pero tiene una importante adhesión.
El problema es complejo. Hay cosas que no cambiarán mientras la alternativa de supervivencia para muchos por estos lares sea la de cuidar coches.