Rajoy recibe respaldo de Trump y el independentismo se agrieta
El presidente de EE.UU. quiere una España unida. Cataluña dice ahora que acepta diálogo tras el referéndum.
La posibilidad de que Cataluña se separe del resto de España comienza a perder fuerza. Por un lado, el presidente español, Mariano Rajoy, fue recibido ayer en la Casa Blanca por su par de Estados Unidos, Donald Trump, quien le dio su respaldo en el conflicto con la región autonómica que pretende separarse tras el referéndum del próximo domingo.
Por el otro, el partido que gobierna Cataluña evidenció un drástico cambio de planes, al afirmar que el objetivo es votar el fin de semana e iniciar, a partir de entonces, un proceso de diálogo. El nuevo discurso irritó a las fuerzas que abogan por una declaración de independencia unilateral e inmediata.
“El presidente (Rajoy) dice que no van a votar (en Cataluña), pero creo que la gente se opone a eso. Lo único que puedo decir es que me gustaría que España siguiera unida”, afirmó Trump en una rueda de prensa tras el encuentro de los mandatarios en Washington.
“España es un gran país y debería permanecer unido”, respondió Trump cuando le preguntaron si apoya la posición del Gobierno español, que se opone a la consulta catalana. El año pasado, el mandatario estadounidense celebró la victoria del referéndum sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
“Realmente creo que la gente de Cataluña se quedará en España, y creo que sería estúpido no hacerlo. Estamos hablando de quedarse en un país verdaderamente grande, bonito e histórico”, añadió el presidente estadounidense.
Por su parte, Rajoy volvió a cuestionar el referéndum, calificó de disparate que el Parlamento pretenda declarar la independencia de Cataluña tras el 1° de octubre y consideró que lo único que puede haber ese día es “alboroto y ruido”, pero no una consulta.
Nuevo discurso
Uno de los escenarios más preo- cupantes para España y Europa empezó a evaporarse ante la nueva postura del Partido Demócrata Europeo Catalán (Pdecat), la fuerza del jefe de Gobierno regional, Carles Puigdemont.
“Lo que hay que hacer es dejar a los catalanes que voten y, después, escuchar y empezar a dialogar”, dijo el portavoz parlamentario del Pdecat, Carles Campuzano, en declaraciones a periodistas en las puertas del Congreso en Madrid.
“La independencia de Cataluña no se materializa en tres días”, añadió el portavoz, que vio “absolutamente descartada” una declaración unilateral de independencia y aseguró que no figura en la “hoja de ruta” de su partido
La ley en la que se basa la convocatoria al referéndum del 1° de octubre prevé que, si gana el “Sí” a la ruptura con España, Cataluña declare la independencia de forma unilateral en un plazo de 48 horas desde el momento en que se conozcan los resultados.
Puigdemont se había aferrado hasta ahora a ese plan, pese a que el referéndum fue suspendido por el Tribunal Constitucional español y su organización sufrió duros golpes logísticos. Pero el líder catalán matizó la vía unilateral en una entrevista con medios galos.
“Si la voluntad de Cataluña es ser un país independiente, Cataluña empezará a andar como país independiente. Pero, ante todo, queremos hacer este proceso dialogado, acordado sobre todo con España”, expresó Puigdemont.
Estos matices alarmaron a la CUP, el partido independentista antisistema que respalda al Gobierno catalán. “En las leyes está claro. Un referéndum se convoca para que sea vinculante, no para que sea una pantomima”, dijo la portavoz de la CUP en el Parlament, Anna Gabriel.
También el independentista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), socio en el gobierno regional, rechazó el giro del (Pdecat). “La primera y última palabra la tendrán el Parlamento y el Gobierno”, recordó el vocero parlamentario del ERC, Joan Tardà.
A falta de escasos días para la votación, la incertidumbre sobre qué ocurrirá el domingo y sus consecuencias es absoluta.