La Voz del Interior

Tras el huracán María, Puerto Rico enfrenta una grave crisis humanitari­a

Gran parte de la población continúa sin agua potable y ya son 16 los fallecidos. El gobernador solicitó de manera pública que Estados Unidos asista al país.

- Agencia DPA

El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, advirtió de que el efecto devastador del huracán María tiene a su país “cerca de una crisis humanitari­a, aunque se puede evitar”.

El joven mandatario, de 38 años, ha llamado al Gobierno de Estados Unidos –del que Puerto Rico es Estado libre asociado– a tratar la desgracia de los tres millones y medio de puertorriq­ueños en la isla como una tragedia de “ciudadanos americanos”.

“Si nosotros no podemos proveer para que la comida siga llegando de manera apropiada o para que tengamos acceso a energizar áreas que son infraestru­ctura crítica como salud, acueductos, etcétera, nos vemos más cerca de una crisis humanitari­a”, dijo Rosselló.

Pasados los días más críticos de rescate de gente en peligro –unos seis mil puertorriq­ueños fueron evacuados de inundacion­es que amenazaban sus vidas y más de 15 mil permanecen en refugios–, la segunda etapa del desafío es llegar a auxiliar a todo un país con la mitad de la población en la pobreza y en el que han volado por los aires miles de viviendas precarias.

Tras la tempestad, se aclara el panorama y alrededor emergen penurias de las que los funcionari­os públicos, casi sin comunicaci­ón con varios municipios rurales desde el impacto de María, van recibiendo noticia como un boxeador sufre los golpes.

En conferenci­a de prensa, el gobernador Rosselló quedó sorprendid­o ante la referencia de un periodista a la macabra e insalubre situación que vive el municipio de Lares (centro de la isla), donde una veintena de cadáveres han aflorado en el cementerio.

Otro ejemplo crítico: la Guardia Nacional trata de abrirse paso hacia el pueblo de montaña de Orocovis, aislado tras el huracán. Los vecinos, en tanto, colaboran con machete y palas.

Hasta ayer la cifra oficial de víctimas mortales del ciclón se elevaba a 16 . Las pérdidas económicas podrían estar en 34 mil y 72 mil millones de dólares, según estima la firma AIR Worldwide; ello viene a sumarse a los 73 mil millones de dólares que debe Puerto Rico a sus acreedores y a un agujero de 50 mil millones en el fondo de jubilacion­es y pensiones. La tormenta financiera perfecta para una isla que ya estaba en quiebra.

Consecuenc­ias

Y cada vez se hace más notorias las diferencia­s entre el área central, metropolit­ana, y las zonas rurales periférica­s.

En San Juan, la capital, y entorno, si bien hay distintos niveles de carencia y focos de extrema necesidad, se van restableci­endo, aún de modo lento, precario e irregular, los servicios básicos.

Y las filas en las estaciones de servicio continúan siendo interminab­les. Se venden sólo 20 dólares por vehículo, por lo que las familias pasan largas horas esperando. Siguen vigentes la ley seca y el toque de queda de 7 de la tarde a 5 de la mañana.

Y aún más de la mitad de la población continúa sin agua corriente.

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(AP) Pena. José Trinidad camina sobre lo que queda de su casa en Montebello, Puerto Rico, después del huracán.

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