Lo mató de nueve balazos y fue condenado a 13 años
La Cámara del Crimen de la ciudad de San Francisco condenó a 13 años de prisión a Mariano Joel Zampó (25) por el asesinato de Leonardo Sebastián Costantini (32), en un caso que está íntimamente relacionado con la trama secreta del tráfico y la venta de drogas en la ciudad de Arroyito.
El 21 de febrero de 2016, Costantini fue encontrado muerto con nueve balazos, de los cuales siete fueron en la cabeza, en un descampado en las afueras de Arroyito, en el camino conocido como Los Membrillos, cercano al puesto de la Policía Caminera del paraje La Curva, en la ruta nacional 19.
Zampó llegó a juicio acusado como supuesto autor de homicidio calificado por alevosía, figura penal que contempla como única pena la prisión perpetua y su juzgamiento fue con la participación de jurados populares.
Según publicó La Voz de San Justo, tras negociaciones entre “el abogado Guillermo Flores, defensor del acusado, y el fiscal de instrucción de Arroyito, José Argüello, quien subrogó al fiscal de Cámara, se logró acceder a un juicio de modalidad abreviada tras modificarse la carátula de la imputación”.
Según se conoció, el fiscal le había ofrecido al defensor una pena de 17 años de prisión, a lo que el abogado se opuso solicitando la aplicación de 11 años. Finalmente, lograron ponerse de acuerdo en aplicarle 13 años de condena.
El tribunal encargado de juzgar al joven estuvo conformado por tres jueces técnicos y 12 jurados populares. Como presidente del tribunal se desempeñó el vocal de la Cámara Criminal y Correccional Guillermo Rabino; y como vocales, los camaristas Mario Comes y Claudio Requena. El caso
Durante la instrucción, el fiscal Argüello llegó a la conclusión de que tanto la víctima como el asesino eran dos reconocidos narcotraficantes y la supuesta disputa por el “territorio” fue la principal hipótesis de este caso.
Para el funcionario judicial, Zampó –mediante un engaño– habría trasladado a Costantini al camino rural, donde lo ejecutó. En el lugar, la víctima fue hallada muerta con nueve balazos, siete de ellos en la cabeza.
Una de las pruebas más contundente que tiene el fiscal para apoyar esta acusación son los videos de una cámara de seguridad de una propiedad privada que registró que, momentos antes del asesinato, Costantini y Zampó se dirigían en moto al lugar, donde luego hallaron el cuerpo sin vida.
Según Argüello, Costantini era un viejo conocido para la Policía de Arroyito. Era considerado un renombrado narcotraficante, ya que tenían datos que daban cuenta de que todas las semanas traficaba marihuana desde Santa Fe y “alitas de mosca” (cocaína de alta calidad) desde la ciudad de Córdoba.
Pero a pesar de las diferentes denuncias y los operativos que les habrían realizados, siempre lo encontraban “limpio” y nunca lo habían podido detener.
Para el fiscal, Zampó también habría entrado en la comercialización de drogas y de acuerdo con testimonios que se aportaron a la causa, supuestamente tenía una deuda con Costantini por la entrega de mercadería.
“Quería eliminarlo para quedarse con la franja de este mercado de venta de droga en la ciudad”, apuntó Argüello.
Otra de las pruebas está relacionada con el arma utilizado en el crimen. “En el ambiente carcelario, se corrió el rumor de que Zampó estaba buscando balas calibre 22, como las usadas para matar a Costantini. Se le secuestró el celular y se encontraron fotos de las balas”, señaló.
El fiscal también contó que en el lugar del hecho se encontró una colilla de cigarrillo que, tras ser analizada, tenía el ADN de la víctima. “Costantini fue a ese lugar por su propia voluntad y nadie lo llevó a la fuerza. Estaba tranquilo y se dio un momento para fumar sin sospechar que lo iban a ejecutar”, aseguró Argüello.