Los datos más relevantes son los que faltan
Cuando en mayo de 2014 se presentó el Informe sobre Cáncer en la Provincia de Córdoba 20042009 del Registro Provincial de Tumores, los datos más polémicos fueron las diferencias que aparecieron en las tasas de mortalidad por cáncer entre los distintos departamentos de la provincia.
Mientras en la ciudad de Córdoba, esa tasa (bruta) ascendía a 134,8 personas cada 100 mil habitantes al año, en cuatro departamentos del este provincial que coinciden con la llamada “pampa gringa” –y con el cultivo de soja– la tasa era más elevada, al oscilar entre 216 y 229 muertes anuales cada 100 mil habitantes.
En esas jurisdicciones se registraban las tasas de mortalidad por enfermedades oncológicas más altas de toda la provincia: el indicador promedio era de 160,8 decesos cada 100 mil habitantes.
En la nueva publicación del Registro de Tumores presentada ayer, esos datos están ausentes. Martín Alonso, titular del área, admitió ante la consulta de este diario que la información existe, pero que se decidió no incluirla.
“Estamos trabajando con una beca del Instituto Nacional de Oncología, tratando de mejorar la notificación en el interior provincial”, dijo Alonso, al tiempo que señaló que se trabaja no por departamento, sino por ciudades cabecera.
“Esos datos están cargados en el Registro, pero si los presentamos ahora va a ser confuso porque en los departamentos que hemos analizado fuertemente tenemos más datos que en los que no se trabajó tan fuerte, por lo que habría un sesgo. Por eso hemos preferido tomar los datos para toda la provincia, separar Capital, y dejar el análisis departamental, que esperamos tener en un año”.
Los datos georreferenciados son esenciales a la hora de establecer posibles relaciones entre las enfermedades oncológicas y, por ejemplo, factores ambientales o actividades económicas que se sospecha que puedan ocasionar un impacto en la salud. Y más ahora, ya que en 2015 la OMS incluyó al glifosato como probable cancerígeno. Además, los datos de
2010 a 2013 serían más que útiles a la hora de analizar si las tasas de mortalidad del este provincial se mantienen por encima del promedio, o si hubo cambios. En ese contexto, se vuelve sugestiva la ausencia de esos datos.