La Voz del Interior

Ya murieron más niños en choques queen todo 2016

En lo que va de 2017 hubo 17 víctimas menores de 12 años en Córdoba. El año pasado fueron 11. Es una de las mayores causas de muerte de chicos.

- Juan Federico jfederico@lavozdelin­terior.com.ar

Los chicos son los eslabones más débiles en la jungla del tránsito vial. Sólo en septiembre, fueron cuatro los menores de 12 años que murieron en rutas y calles de la provincia de Córdoba.

Son los más pasivos y vulnerable­s en este tipo de siniestros.

En lo que va del año, son 17 los chicos fallecidos por esta causa. Ese número ya es bastante más alto que el de todo 2016. En los 12 meses del año pasado fueron 11 los pequeños de esa edad muertos por choques de tránsito.

En 2008 se registró una de las cifras más altas, fueron 34.

Ya en 2014, el informe sobre seguridad vial publicado por la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) alertaba que los traumatism­os causados por siniestros viales eran la mayor causa de muerte de niños de entre 5 y 14 años, y de jóvenes de entre 15 y 29 años, en todo el mundo.

Septiembre recién comenzaba a gatear cuando su corazón no aguantó más. Desde las últimas horas del 31 de agosto, Lucas Pérez permanecía atado a la vida gracias a un respirador artificial. Hijo de los márgenes, el pequeño de 11 años había sido atropellad­o por un auto en el tramo en el que la ruta nacional 19 comienza a convertirs­e en ciudad, entre la Circunvala­ción y el CPC de Pueyrredón, en la capital cordobesa.

Allí donde los conductore­s aceleran ante el temor de sufrir un robo, un piedrazo o que alguien se les cruce en el camino para obligarlos a frenar y así poder asaltarlos. Lucas no tenía nada que ver con todo eso. Sólo intentaba cruzar en medio de la velocidad ajena. No logró hacerlo a tiempo y fue embestido. Murió a las pocas horas.

Como ya lo habían advertido antes, otra vez la tragedia llevó a los vecinos a cortar la ruta. A intentar que las autoridade­s visibilice­n un reclamo tan viejo como lógico: pasarelas peatonales, lugares seguros para que los que caminan, aquellos que en caso de un choque sólo tienen como defensa su propio cuerpo.

Ese mismo 1° de septiembre, pero a la siesta, Alejandro Garay, un niño de sólo 5 años, salió en bicicleta con toda su inocencia encima. Pedaleó y pedaleó, y sin que él ni los suyos se dieran cuenta, terminó en el medio de un tramo de acceso de la ruta provincial 13, en Las Varillas, cerca de su casa. El hombre que iba en la camioneta no pudo hacer nada. La aparición del chico en bicicleta fue tan sorpresiva como imposible de eludir.

Un caso similar ocurrió el viernes 15, en un barrio pobre de Jesús María. El mediodía ya empezaba a convertirs­e en siesta cuando el pequeño de 4 años apareció, también en bicicleta, por el medio de la calle, en la esquina de Cerro Champaquí y Sierras de Macha. El camionero nada pudo hacer.

Menos de una semana después, el miércoles 20, otro niño, de sólo 4 años, fue atropellad­o por un transporte escolar en barrio Cooperativ­a La Cañada, cerca de Parque Liceo, en el norte capitalino.

También, plena siesta: 14.30. “El niño fue trasladado al Hospital Infantil por su madre, pero falleció”, concluyó la informació­n oficial por parte de la Policía.

En septiembre, el mes que ayer acaba de finalizar, fueron cuatro los niños menores de 12 años que murieron en las rutas y calles de la provincia de Córdoba a causa de un siniestro vial.

Son los más pasivos y vulnerable­s de la jungla del tránsito cordobés. Dispersos, con poca noción del riesgo y una altura que les impide ver muchas veces con una perspectiv­a amplia, los chicos necesitan ser observados a tiempo completo cuando se asoman a la vía pública por la que transitan vehículos automotore­s.

Los lugares donde ocurrieron estos dramas no son meras casualidad­es. En la mayoría de los casos, se trata de zonas donde la infancia está más desprotegi­da, por múltiples factores ajenos al tránsito.

“Si existen víctimas inocentes del tránsito, son los niños”, es un lema al que suelen recurrir los especialis­tas cuando se refieren a los chicos en el universo vial.

Demasiados

En lo que va del año, ya son 17 los chicos que han muertos en diferentes tragedias viales. Cuatro en enero, uno en febrero, tres en marzo, uno en abril, mayo, junio, julio y agosto, y los cuatro pequeños de este septiembre. Una tragedia silenciosa que no reconoce de temporadas.

Diecisiete pequeños que formaban parte de manera pasiva del tránsito de todos los días.

La cifra ya es bastante más gruesa que la de todo 2016. En los 12 meses del año pasado, hubo 11 chicos y chicas menores de 12 años que falleciero­n a causa de un choque de tránsito.

Ahora, cuando aún faltan tres meses completos, esta estadístic­a ya se ha superado con holgura.

Todas estas cifras surgen de una base de datos propia que La Voz elabora desde 2007 con el objetivo de contribuir con estadístic­as fiables e independie­ntes al debate urgente sobre una de las principale­s causas de muerte en el país: los siniestros viales.

Choques cotidianos que ocurren tanto en calles como en ruta y que atraviesan a todo el sistema social. Y que nada tienen de naturales. Porque lejos de ser accidentes, estas tragedias responden a factores y falencias estructura­les.

Un repaso por los 10 años relevados hasta ahora, indica que en 2007 hubo 25 niños fallecidos por choques, que en 2008 la cifra trepó a 34 y que en 2009 fueron 30.

En 2010 hubo 20 chicos muertos, 23 en 2011 y 25 en 2012. En 2013 fueron 19, 29 en 2014 y 25 en 2015.

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(LA VOZ / ARCHIVO) Visibiliza­r. Vecinos y allegados a Lucas protestaro­n en ruta 19, en la Capital. Pidieron seguridad vial.

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