En adultos mayores
Los infartos en adultos mayores, y en especial después de los 80 años, además de ir en aumento, tienen características propias.
El aumento de la prevalencia de infartos en este grupo etario se vincula en forma directa con el cambio demográfico al prolongarse la expectativa de vida en hombres y mujeres, según señaló el médico clínico con amplia experiencia en atención a ancianos, Carlos Presman.
A su vez, según destacó el cardiólogo Walter Quiroga, el 20 por ciento de los pacientes mayores de 80 años tienen síntomas atípicos cuando sufren un infarto, lo que en la población promedio sólo ocurre en alrededor del cinco por ciento de los casos. “Son signos mucho más inespecíficos: puntadas, agitación, falta de aire, molestias o dolor de pecho no opresivo”, precisó.
“Además, a veces se presenta como cuadros neurológicos, como síndrome confusional agudo, con excitación, ansiedad, confusión o depresión”, puntualizó Presman, quien explicó que esto ocurre porque, al alterar la circulación sanguínea, por la labilidad del adulto mayor, el infarto también impacta en el sistema nervioso central.
Asimismo, Quiroga advirtió de que los ancianos son menos sintomáticos. “El cinco por ciento no presenta ningún síntoma típico del infarto, y el diagnóstico se hace porque se desmayaron o están un poco agitados”, indicó.
En este grupo etario, además, hay mayor incidencia en mujeres: el 44 por ciento de los casos.