Macri aprovecha los vientos a favor
Faltan nada más que tres semanas para las elecciones parlamentarias y entre las principales fuerzas políticas los pronósticos parecen estar basados en más certezas que interrogantes.
Casi todos piensan que si no ocurre algo extraordinario, a nivel nacional Cambiemos podrá acreditarse un triunfo generoso. El mismo vaticinio se aplica al principal distrito del país, la provincia de Buenos Aires, que además está cargada de simbolismo por la candidatura de Cristina Fernández.
¿Qué sucedió para que el 22 de octubre se anticipe con pocas expectativas de un final ajustado? Lo primero es el escrutinio de las primarias de agosto pasado, cuando hasta el propio Gobierno se vio sorprendido por algunos resultados que no esperaba tan favorables. Esos números lo llenaron de confianza y le permitieron detectar con claridad sobre qué sectores trabajar para mejorar.
La segunda razón es la lenta pero continua recuperación de la economía que, si bien se mide con indicadores macro, provocan una percepción generalizada de mayor actividad y crecimiento.
La semana que pasó se conocieron en días sucesivos datos por demás positivos. El estimador mensual de la actividad económica, Emae, que refleja la evolución del conjunto de los sectores productivos a nivel nacional y anticipa las tasas de variación del producto interno bruto, subió en julio 4,9 por ciento en relación con el año anterior.
No fue lo único. También en 12 meses crecieron 5,1 por ciento la industria y 13 por ciento la construcción, ambas actividades con mano de obra intensivas. Este movimiento reactivador se tradujo en los bolsillos de algunos sectores obreros –no todos–, que a la vez modificaron para abajo el índice de pobreza en un 1,7 por ciento respecto del segundo semestre del año anterior, situándolo en 28,6 por ciento.
La reducción es poca. Aún hay más de 11 millones de pobres y 2,45 millones de indigentes. Una vergüenza, pero la tendencia a la baja es alentadora.
Otro datos
El tercer factor que contribuye a que muchos consideren que los resultados electorales serán favorables a Mauricio Macri es político. Desde las primarias hasta aquí, sucedieron una cantidad de hechos –la mayoría relacionados con el ámbito judicial– que golpearon a la oposición, con el consiguiente beneficio para el Gobierno.
Además, la estrategia de la expresidenta Cristina Fernández de insistir con declaraciones públicas en entrevistas donde le preguntan lo que nunca respondió en años, lejos de mejorar su imagen consolida los rechazos en sectores independientes. Lo que hace es fidelizar a su propia tropa, que vota por ideología y no por lo que percibe en la economía u otras acciones oficiales.
Esos diálogos desacostumbrados con periodistas no militantes la llevan a dar respuestas contradictorias, y luego las redes sociales se encargan de contrastar sus dichos actuales con los anteriores. En vez de sumarle votos, la sitúan en un lugar de decadencia.
El accionar de la Justicia es una ayuda extra para el Gobierno. Que en las semanas previas a las elecciones sea sometido a un juicio oral por la tragedia de Once el poderoso exministro y actual diputado nacional Julio De Vido era impensable tiempo atrás. La situación recuerda –con las distancias del caso– lo que ocurre en Brasil con una Justicia que no reconoce privilegios a los sospechados de corrupción.
En pocos días más, el exvicepresidente Amado Boudou, otra figura que fue emblemática en el kirchnerismo, estará sentado frente al tribunal y será juzgado por la compra de lo que fue la imprenta de billetes Ciccone Calcográfica. El nombre de Néstor Kirchner figura de forma repetida en el expediente de esa causa.
Más ganancia
Si algo faltaba para fortalecer la imagen del Gobierno, el martes fue detenido, en un operativo de película transmitido por la televisión, el exjefe en La Plata del gremio de la construcción (Uocra) Juan Pablo “Pata” Medina. Su caso venía siendo analizado desde hace tiempo en la Casa Rosada y ninguno de sus habitantes podrá convencer a nadie de que no buscaron el momento oportuno para hacerlo.
No fueron pocos los dirigentes gremiales advertidos por el Gobierno de que eso iba a suceder. Se lo dijeron antes por dos razones: para pasarles el mensaje de que las actitudes mafiosas –que abundan en ese sector– no serán toleradas, y para ver quiénes serían solidarios con Medina. El episodio generó nerviosismo en el mundo sindical y tuvo que salir Macri a decir que “la mayoría” de los dirigentes no son mafiosos.
De todos modos, el temor está instalado y, cuando las tensiones crezcan entre el Gobierno y los sindicatos, las carpetas con los antecedentes de cada dirigente volverán a ser revisadas. Suponen en el oficialismo que de esta forma los acuerdos sectoriales que irán conformando una reforma laboral serán más fáciles de alcanzar. Todos, como Aquiles, tienen su talón vulnerable.
Este avance del Gobierno y la Justicia contra las mafias tiene en la opinión pública un valor agregado que Macri advierte y no lo desaprovecha políticamente. Se verá en el futuro si ese capital también le sirve en el Congreso a la hora de anudar acuerdos con los bloques de la oposición y si las actitudes solidarias contra algún pedido de desafuero se reducen a la minoría.
Santiago Maldonado sigue sin aparecer, pero la causa entró en una nueva etapa judicial, menos convulsionada. El camino a las elecciones parece pavimentado para Macri.
DESDE LAS PRIMARIAS HASTA AQUÍ, SUCEDIERON UNA CANTIDAD DE HECHOS QUE GOLPEARON A LA OPOSICIÓN.
El uso medicinal de productos derivados de cannabis sativa se expande en todo el mundo al ritmo de los aparentes beneficios que se le atribuyen.
Sin embargo, y más allá de testimonios aislados, son incipientes las investigaciones controladas que han demostrado su utilidad, así como sus riesgos.
Un grupo de investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén publicó este año un hallazgo sorprendente: uno de los componentes del cannabis “evitaría la muerte neuronal y prolongaría la vida de las células cerebrales, mejorando así el pronóstico en enfermedades degenerativas como el Alzheimer o la demencia”.
Otro estudio multicéntrico norteamericano afirma que “puede reducir los niveles de glucemia, colaborando así en la prevención de obesidad y diabetes”. En diferentes países europeos, se asevera haber demostrado su utilidad en combatir tumores.
Lo que conmueve, detrás de la difusión de tales resultados, son las miles de familias esperanzadas con una droga que alivie enfermedades que no encuentran solución favorable con terapias convencionales.
Ante esta ilusión genuina, sólo puede afirmarse que todo es muy reciente, aun cuando el derivado cannabidiol (CBD) –principal componente de la planta y que, a diferencia del tetrahidrocannabinol (THC), no tiene efectos psicoactivos– ha demostrado ser un potente antiinflamatorio y analgésico, y reducir la frecuencia e intensidad de convulsiones en epilepsia refractaria a otros medicamentos.
Enniños
El uso de cannabis medicinal en niños dispone de menos información que en adultos.
No obstante, la presión –justificada y en muchos casos desesperada de los padres– lleva a medicarlos por sus dolores, epilepsia o patologías inusuales (autismo, síndrome de Tourette, síndrome de X frágil) que no respondieron a fármacos tradicionales.
Como todo medicamento, CBD tiene efectos secundarios. Se estima que el 30% de niños con epilepsia experimentó diarrea, sudor intenso e insomnio, síntomas considerados “tolerables y no severos”.
Hasta el momento, pocos países legalizaron su uso medicinal: Uruguay, Chile, Canadá, Israel y 25 estados de Estados Unidos. A la espera de resultados consolidados, la Asociación Estadounidense de Pediatría recomienda que “el tratamiento con marihuana (sic) se limite exclusivamente a niños con enfermedades limitantes o que amenacen su vida, y para las cuales no exista otra terapia exitosa”.
En Argentina, la ley aprobada este año establece de modo específico la “creación de un programa nacional que aporte datos científicos que avalen su uso seguro”, destacando que no incluye la despenalización del autocultivo, reclamo insistente de aquellas familias que confían y requieren del uso continuo del producto.
La controversia se plantea por la aparición de una droga que promete mejorar la calidad de vida de incontable número de personas, y que a la vez está vinculada con una adicción ilegal de graves consecuencias.
¿Cómo contener y pedir paciencia (para esperar el desarrollo de lo que propone la ley argentina) a familias cuyos chicos sufren 200 a 300 convulsiones diarias o dolores que no ceden y los mortifican?
No obstante, la medicina exige fundamentos sólidos para no embarcarse en un impulso que derive en trastornos por el uso no controlado de cannabis, como ya ocurrió con otros medicamentos que prometían milagros.
La denominada crotoxina ilusionó a una generación de pacientes con enfermedades terminales, sin mostrar resultados positivos.
En tanto, los padres de niños sufrientes suplican, ilusionados por entusiastas informes, poder aliviar a sus hijos.
Lo cierto es que la evidencia sólo permite afirmar que el uso medicinal de CBD es un recurso en estudio para el tratamiento de dolencias invulnerables a otras terapias; y aun cuando desde el punto de vista humano sería deseable, el cannabis no es por ahora la panacea para toda enfermedad infantil.
Mientras tanto, la sociedad madura a paso lento en el proceso de desligar el consumo de marihuana de lo que podría constituir en el futuro un valioso recurso de la farmacología.
EL USO DEL CANNABIS MEDICINAL EN NIÑOS DISPONE DE MENOS INFORMACIÓN QUE EN ADULTOS.
* Médico