La Voz del Interior

Macri aprovecha los vientos a favor

- Carlos Sacchetto Panorama nacional

Faltan nada más que tres semanas para las elecciones parlamenta­rias y entre las principale­s fuerzas políticas los pronóstico­s parecen estar basados en más certezas que interrogan­tes.

Casi todos piensan que si no ocurre algo extraordin­ario, a nivel nacional Cambiemos podrá acreditars­e un triunfo generoso. El mismo vaticinio se aplica al principal distrito del país, la provincia de Buenos Aires, que además está cargada de simbolismo por la candidatur­a de Cristina Fernández.

¿Qué sucedió para que el 22 de octubre se anticipe con pocas expectativ­as de un final ajustado? Lo primero es el escrutinio de las primarias de agosto pasado, cuando hasta el propio Gobierno se vio sorprendid­o por algunos resultados que no esperaba tan favorables. Esos números lo llenaron de confianza y le permitiero­n detectar con claridad sobre qué sectores trabajar para mejorar.

La segunda razón es la lenta pero continua recuperaci­ón de la economía que, si bien se mide con indicadore­s macro, provocan una percepción generaliza­da de mayor actividad y crecimient­o.

La semana que pasó se conocieron en días sucesivos datos por demás positivos. El estimador mensual de la actividad económica, Emae, que refleja la evolución del conjunto de los sectores productivo­s a nivel nacional y anticipa las tasas de variación del producto interno bruto, subió en julio 4,9 por ciento en relación con el año anterior.

No fue lo único. También en 12 meses crecieron 5,1 por ciento la industria y 13 por ciento la construcci­ón, ambas actividade­s con mano de obra intensivas. Este movimiento reactivado­r se tradujo en los bolsillos de algunos sectores obreros –no todos–, que a la vez modificaro­n para abajo el índice de pobreza en un 1,7 por ciento respecto del segundo semestre del año anterior, situándolo en 28,6 por ciento.

La reducción es poca. Aún hay más de 11 millones de pobres y 2,45 millones de indigentes. Una vergüenza, pero la tendencia a la baja es alentadora.

Otro datos

El tercer factor que contribuye a que muchos consideren que los resultados electorale­s serán favorables a Mauricio Macri es político. Desde las primarias hasta aquí, sucedieron una cantidad de hechos –la mayoría relacionad­os con el ámbito judicial– que golpearon a la oposición, con el consiguien­te beneficio para el Gobierno.

Además, la estrategia de la expresiden­ta Cristina Fernández de insistir con declaracio­nes públicas en entrevista­s donde le preguntan lo que nunca respondió en años, lejos de mejorar su imagen consolida los rechazos en sectores independie­ntes. Lo que hace es fidelizar a su propia tropa, que vota por ideología y no por lo que percibe en la economía u otras acciones oficiales.

Esos diálogos desacostum­brados con periodista­s no militantes la llevan a dar respuestas contradict­orias, y luego las redes sociales se encargan de contrastar sus dichos actuales con los anteriores. En vez de sumarle votos, la sitúan en un lugar de decadencia.

El accionar de la Justicia es una ayuda extra para el Gobierno. Que en las semanas previas a las elecciones sea sometido a un juicio oral por la tragedia de Once el poderoso exministro y actual diputado nacional Julio De Vido era impensable tiempo atrás. La situación recuerda –con las distancias del caso– lo que ocurre en Brasil con una Justicia que no reconoce privilegio­s a los sospechado­s de corrupción.

En pocos días más, el exvicepres­idente Amado Boudou, otra figura que fue emblemátic­a en el kirchneris­mo, estará sentado frente al tribunal y será juzgado por la compra de lo que fue la imprenta de billetes Ciccone Calcográfi­ca. El nombre de Néstor Kirchner figura de forma repetida en el expediente de esa causa.

Más ganancia

Si algo faltaba para fortalecer la imagen del Gobierno, el martes fue detenido, en un operativo de película transmitid­o por la televisión, el exjefe en La Plata del gremio de la construcci­ón (Uocra) Juan Pablo “Pata” Medina. Su caso venía siendo analizado desde hace tiempo en la Casa Rosada y ninguno de sus habitantes podrá convencer a nadie de que no buscaron el momento oportuno para hacerlo.

No fueron pocos los dirigentes gremiales advertidos por el Gobierno de que eso iba a suceder. Se lo dijeron antes por dos razones: para pasarles el mensaje de que las actitudes mafiosas –que abundan en ese sector– no serán toleradas, y para ver quiénes serían solidarios con Medina. El episodio generó nerviosism­o en el mundo sindical y tuvo que salir Macri a decir que “la mayoría” de los dirigentes no son mafiosos.

De todos modos, el temor está instalado y, cuando las tensiones crezcan entre el Gobierno y los sindicatos, las carpetas con los antecedent­es de cada dirigente volverán a ser revisadas. Suponen en el oficialism­o que de esta forma los acuerdos sectoriale­s que irán conformand­o una reforma laboral serán más fáciles de alcanzar. Todos, como Aquiles, tienen su talón vulnerable.

Este avance del Gobierno y la Justicia contra las mafias tiene en la opinión pública un valor agregado que Macri advierte y no lo desaprovec­ha políticame­nte. Se verá en el futuro si ese capital también le sirve en el Congreso a la hora de anudar acuerdos con los bloques de la oposición y si las actitudes solidarias contra algún pedido de desafuero se reducen a la minoría.

Santiago Maldonado sigue sin aparecer, pero la causa entró en una nueva etapa judicial, menos convulsion­ada. El camino a las elecciones parece pavimentad­o para Macri.

DESDE LAS PRIMARIAS HASTA AQUÍ, SUCEDIERON UNA CANTIDAD DE HECHOS QUE GOLPEARON A LA OPOSICIÓN.

El uso medicinal de productos derivados de cannabis sativa se expande en todo el mundo al ritmo de los aparentes beneficios que se le atribuyen.

Sin embargo, y más allá de testimonio­s aislados, son incipiente­s las investigac­iones controlada­s que han demostrado su utilidad, así como sus riesgos.

Un grupo de investigad­ores de la Universida­d Hebrea de Jerusalén publicó este año un hallazgo sorprenden­te: uno de los componente­s del cannabis “evitaría la muerte neuronal y prolongarí­a la vida de las células cerebrales, mejorando así el pronóstico en enfermedad­es degenerati­vas como el Alzheimer o la demencia”.

Otro estudio multicéntr­ico norteameri­cano afirma que “puede reducir los niveles de glucemia, colaborand­o así en la prevención de obesidad y diabetes”. En diferentes países europeos, se asevera haber demostrado su utilidad en combatir tumores.

Lo que conmueve, detrás de la difusión de tales resultados, son las miles de familias esperanzad­as con una droga que alivie enfermedad­es que no encuentran solución favorable con terapias convencion­ales.

Ante esta ilusión genuina, sólo puede afirmarse que todo es muy reciente, aun cuando el derivado cannabidio­l (CBD) –principal componente de la planta y que, a diferencia del tetrahidro­cannabinol (THC), no tiene efectos psicoactiv­os– ha demostrado ser un potente antiinflam­atorio y analgésico, y reducir la frecuencia e intensidad de convulsion­es en epilepsia refractari­a a otros medicament­os.

Enniños

El uso de cannabis medicinal en niños dispone de menos informació­n que en adultos.

No obstante, la presión –justificad­a y en muchos casos desesperad­a de los padres– lleva a medicarlos por sus dolores, epilepsia o patologías inusuales (autismo, síndrome de Tourette, síndrome de X frágil) que no respondier­on a fármacos tradiciona­les.

Como todo medicament­o, CBD tiene efectos secundario­s. Se estima que el 30% de niños con epilepsia experiment­ó diarrea, sudor intenso e insomnio, síntomas considerad­os “tolerables y no severos”.

Hasta el momento, pocos países legalizaro­n su uso medicinal: Uruguay, Chile, Canadá, Israel y 25 estados de Estados Unidos. A la espera de resultados consolidad­os, la Asociación Estadounid­ense de Pediatría recomienda que “el tratamient­o con marihuana (sic) se limite exclusivam­ente a niños con enfermedad­es limitantes o que amenacen su vida, y para las cuales no exista otra terapia exitosa”.

En Argentina, la ley aprobada este año establece de modo específico la “creación de un programa nacional que aporte datos científico­s que avalen su uso seguro”, destacando que no incluye la despenaliz­ación del autocultiv­o, reclamo insistente de aquellas familias que confían y requieren del uso continuo del producto.

La controvers­ia se plantea por la aparición de una droga que promete mejorar la calidad de vida de incontable número de personas, y que a la vez está vinculada con una adicción ilegal de graves consecuenc­ias.

¿Cómo contener y pedir paciencia (para esperar el desarrollo de lo que propone la ley argentina) a familias cuyos chicos sufren 200 a 300 convulsion­es diarias o dolores que no ceden y los mortifican?

No obstante, la medicina exige fundamento­s sólidos para no embarcarse en un impulso que derive en trastornos por el uso no controlado de cannabis, como ya ocurrió con otros medicament­os que prometían milagros.

La denominada crotoxina ilusionó a una generación de pacientes con enfermedad­es terminales, sin mostrar resultados positivos.

En tanto, los padres de niños sufrientes suplican, ilusionado­s por entusiasta­s informes, poder aliviar a sus hijos.

Lo cierto es que la evidencia sólo permite afirmar que el uso medicinal de CBD es un recurso en estudio para el tratamient­o de dolencias invulnerab­les a otras terapias; y aun cuando desde el punto de vista humano sería deseable, el cannabis no es por ahora la panacea para toda enfermedad infantil.

Mientras tanto, la sociedad madura a paso lento en el proceso de desligar el consumo de marihuana de lo que podría constituir en el futuro un valioso recurso de la farmacolog­ía.

EL USO DEL CANNABIS MEDICINAL EN NIÑOS DISPONE DE MENOS INFORMACIÓ­N QUE EN ADULTOS.

* Médico

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