Nuevos indicios comprometen aún más al veterinario de San Francisco
Un arma que sería suya habría estado en poder del hombre asesinado. Vietti Colomé permanece detenido. Pierde fuerza la hipótesis de un robo en su negocio.
Largas y tediosas jornadas se viven en la Fiscalía de Asuntos Complejos de los Tribunales de San Francisco. El fiscal Bernardo Alberione y su grupo de colaboradores trabajan a destajo en la investigación de la “muerte en la veterinaria”, que desde hace 12 días mantiene en vilo a los sanfrancisqueños y cada novedad es experimentada como un nuevo capítulo de una serie de Netflix.
El viernes 22 del mes pasado, el caso se conoció en un primer momento como un supuesto episodio de inseguridad. El veterinario Hernán Vietti Colomé fue acusado de matar a golpes a Jorge “el Turco” Jaider, quien supuestamente había entrado esa mañana a robar en la tienda de mascotas y se habría trenzado en lucha con el veterinario.
El profesional había sido imputado por homicidio en exceso de legítima defensa y tras una breve detención recuperó su libertad.
Pero el pasado viernes, la investigación dio un giro inesperado y el fiscal solicitó otra vez la detención del veterinario y cambió la carátula de la causa por la figura de “homicidio simple”.
Vietti Colomé está en la cárcel y ayer designó a Marcos Tognon como defensor. Mañana será llevado a declarar tras antes someterse a un peritaje psicológico.
Por ahora, el fiscal Alberione mantiene su posición de no brindar ninguna información con respecto al cambio de carátula hasta que el imputado sea indagado.
Según diferentes versiones de fuentes cercanas a la causa, el fiscal sospecha de que lo asesinó en el marco de una disputa personal y no en medio de un episodio de inseguridad.
Ayer se conoció el hallazgo de una pistola que estaría registrada a nombre del veterinario y que habría estado en poder de Jaider, quien la vendió antes de morir.
Alberione sólo indicó que “en el transcurso de la investigación se detectaron elementos que no coincidían con el relato que había realizado el veterinario en un primer momento a las fuerzas policiales y determinaron el cambio de la carátula”. Y señaló que se están analizando nuevos peritajes y no descartó que esos resultados podrían agravar la imputación.
Vuelco
El vuelco en la investigación comenzó a tomar fuerza el viernes pasado cuando se detuvo a una pareja ante una presunta extorsión al veterinario Roberto Ferrero, amigo de Vietti Colomé, a quien supuestamente le exigían una importante suma de dinero por causas aún no determinadas.
En el transcurso esa jornada, se conoció que supuestamente estas personas –que aparentemente serían conocidas de Jaider– querían usar al colega como intermediario para hacerle llegar un mensaje al veterinario ahora detenido.
La fiscal Eleonor Faila –investiga este caso de extorsión– ordenó el viernes la detención de esta pareja y otro supuesto cómplice.
Esta última persona habría sido clave para el cambio de carátula en el caso de la muerte en la veterinaria. Al parecer, este testigo –que sería oriundo de Frontera, una localidad santafesina separada de San Francisco por una avenida– habría asegurado que el veterinario y Jaider eran conocidos y que el primero los habría contratado a los dos para “apretar o eliminar” a un conocido en Santa Fe.
Ayer se supo que a los tres detenidos por la supuesta extorsión ahora se los imputa por “coacción”, un delito menor.
Al mismo tiempo, se suspendió la audiencia de control prevista para ayer debido a que la jueza Teresa Garay se excusó porque, según adujo, había sido clienta de Vietti Colomé. Ahora será la jueza de Niñez, Juventud y Violencia Familiar, María Esther Martínez, la que deberá decidir si acepta reemplazar a la jueza de Control.
Más interrogantes
Las derivaciones que está tomando este caso generan cada vez más interrogantes entre los sanfrancisqueños.
Mientras Alberione está concentrado en determinar las circunstancias en que murió Jaider y en qué sucedió esa mañana en la veterinaria, en los pasillos de Tribunales y por la ciudad corren diferentes versiones que disparan múltiples preguntas.
Según las fuentes, la relación entre el veterinario y el fallecido –tenía antecedentes por varios delitos y habría cumplido una condena por robo calificado– sería más compleja aún.
En este sentido, surgen interrogantes sobre la posible conexión con el narcotráfico, que desde hace muchos años está anclado en esta zona fronteriza entre San Francisco y Frontera.
De todos modos, esta hipótesis todavía no figura en el radar de la Justicia penal que aún intenta determinar cómo ocurrió el homicidio en la veterinaria.