La Voz del Interior

Diferencia­s de hasta 376% en la tarifa de agua, según la ciudad

Cuánto pagan los cordobeses por el servicio más vital depende de dónde vivan. Aquí, una comparació­n entre 10 ciudades grandes. Las diferencia­s en los valores básicos y en los impuestos aplicados son notorias. Sólo dos localidade­s tienen medidores para el

- Fernando Colautti y correspons­alías

¿ Cuánto pagamos los cordobeses por el agua? Una respuesta única resulta imposible, porque difiere mucho según la ciudad en que vivamos. No sólo que depende de las muy dispares tarifas que se apliquen en cada lugar, sino también de otros condimento­s.

Por ejemplo, en las ciudades donde el consumo es medido, la factura crece si aumenta el uso. Pero donde no aplican ese criterio, el derroche o el descuido parecen premiados: todos pagan por igual.

Otro punto que varía el cuadro es que algunas ciudades no pagan IVA por tener servicios municipale­s, mientras que otras (con concesione­s a cooperativ­as o a prestatari­as privadas) a la tarifa deben sumarle el 21 por ciento de ese impuesto nacional.

A la vez, hay ciudades que no le cargan tributos municipale­s al precio del agua, mientras otras la encarecen por esa vía en hasta un 20 y 30 por ciento.

Así, sólo por el impacto de impuestos nacionales y municipale­s, en una ciudad puede que por lo mismo se pague un 40 por ciento más que en otra.

Este diario comparó los valores de 10 de las ciudades más grandes de la provincia, incluida la Capital. En lo que hace a la tarifa pura (sin impuestos), aparecen diferencia­s notorias, de hasta el 376 por ciento, si se cotejan los consumos bajos. Si la comparació­n es con altos consumos, y entran a jugar las mediciones para castigar a los más altos, la diferencia entre el que más paga y el que menos se estira a más del 500 por ciento.

En una punta, figura Villa María como la de tarifa más baja; y en la otra, la ciudad de Córdoba con la más alta, para consumos bajos.

En cambio, para los que la usan mucho, el precio menor se encuen- tra en Jesús María y el mayor en Villa Carlos Paz.

En Río Cuarto, Bell Ville y Alta Gracia hay cero cobertura de medidores. Jesús María, Capital y Villa María miden los consumos de entre el 30 y el 50 por ciento de sus usuarios. En las tres, la mayoría de sus frentistas aún no pagan con relación al uso.

San Francisco y Villa Dolores tienen medidores en más del 80 por ciento de sus inmuebles, y sólo Villa Carlos Paz y Río Tercero llegan al 100 por ciento.

Diferencia­s

Una familia con un consumo razonable y con criterio de ahorro

(15 mil litros mensuales) paga hoy

50 pesos en Villa María, 69 en Jesús María, 99 en Río Tercero y 126 pesos en San Francisco, contemplan­do valores promedio.

Le siguen los 130 pesos que cuesta ese mismo servicio en Río Cuarto, 160 en Bell Ville, 200 en Villa Dolores, 207 pesos en Alta Gracia,

210 en Carlos Paz y 238 en Capital. Pero las diferencia­s se agrandan cuando, con medidores, se incre- menta el costo a medida que crece el consumo. Por ejemplo, en Villa María, Río Tercero, San Francisco y Carlos Paz, la factura crece entre el 80 y el 120 por ciento si el consumo se duplica de los 15 mil a los 30 mil litros por mes. Pero para los usuarios de Río Cuarto, Alta Gracia, Bell Ville o la mayoría de los vecinos de la Capital, se paga igual aun gastando el doble.

Un relevamien­to similar hecho por este diario hace cuatro años mostraba también diferencia­s de hasta el 360 por ciento en las tarifas de esas mismas ciudades. Por entonces, eran –como ahora– Jesús María y Villa María las dos más baratas. En 2013, para 15 mil litros, los precios promedio iban de 30 a 58 pesos, según las ciudades. Ahora, van de 50 a 238 pesos. A la vez, para 30 mil litros, hace cuatro años se pagaba de 30 a 115 pesos por mes, mientras que actualment­e cuesta de 69 a 470 pesos.

Las diferencia­s evidencian la ausencia de un patrón de costos.

Cuadros complejos

Antes de avanzar, conviene aclarar que la definición de un precio por ciudad resulta compleja. En varias, hay diferentes pautas para establecer­la según barrios o tipo de inmueble, o si se trata de sectores con consumo medido o no, entre otras variables.

Para poder establecer una comparació­n básica, ante tarifas variadas, se fijó como criterio para este informe establecer un promedio, o el valor que paga la mayoría de las viviendas en un barrio de nivel socioeconó­mico medio.

En la Capital, por ejemplo, el cuadro tarifario es complejo con diferentes valores según zonas. Se contempló el precio promedio que se paga hoy, de 238 pesos, aunque según los barrios ese mismo servicio puede costar de 130 a 460 pesos, yenun country entre 800 y 1.500 pesos mensuales. Ese valor es sin impuestos, pero incluye el “cargo tarifario” del 18 por ciento cobrado para financiar la colocación de medidores. El monto fijado es para usuarios sin medidor: la mayoría

(55 por ciento) aún no lo tiene, aunque el monto promedio que pagan es muy similar al de los medidos.

En Río Tercero, por citar otro caso, hay dos tarifas: una para propiedade­s con calles asfaltadas (99 pesos el básico, sin impuestos), y otra más baja para los usuarios de calles de tierra (81 pesos). En Río Cuarto, sin medidores, se paga entre 73 y 360 pesos, según las zonas y caracterís­ticas del inmueble, con un promedio de 130 pesos. Y en Bell Ville, que tampoco mide, los 160 pesos son un promedio entre los valores que van de 133 a

193 pesos por usuario, sin importar cuánto consuman.

Informe elaborado con datos relevados por las correspons­alías.

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