La Voz del Interior

Tampoco en la Bombonera hizo un gol

Ni el magnetismo de la cancha de Boca ni el aliento de su hinchada lograron que Argentina convirtier­a.

- Daniel Guiñazú Especial desde Buenos Aires

Ni el magnetismo de la Bombonera que late ni el aliento incesante de la hinchada de Boca pudieron consumar el milagro que la selección argentina haga un gol y gane un partido que mereció ganar.

Perú se llevó del viejo estadio de la Ribera el empate que vino a buscar y dejó tambaleand­o al equipo de Jorge Sampaoli. Tanto que con el 0-0 de anoche incluso ahora quedó fuera de la zona de repechaje. El martes deberá ganarle a Ecuador en la altura de Quito y esperar los resultados de los otros partidos para saber si el año que viene va o no al Mundial de Rusia.

Encima de todo, la rotura de los ligamentos de la rodilla derecha de Fernando Gago (que apenas pudo jugar siete minutos y estará inactivo de 6 a 8 meses) le agrega un dramatismo mayor a una situación límite que nunca nadie imaginó sobrelleva­r hace tres años cuando empezó esta pesadilla que siguen siendo las Eliminator­ias. Y que habrá que afrontar como se pueda. Ya es demasiado tarde para derramar más lágrimas.

Argentina mereció llevarse los tres puntos. Lionel Messi estrelló un remate en una palo en el segundo tiempo, el arquero peruano Pedro Gallese sacó cinco pelotas de gol (dos a Darío Benedetto, una Messi, una a Lucas Biglia y otra a Alejandro “Papu” Gómez) y en la primera etapa, el propio Benedetto desvió un cabezazo desde una posición muy propicia.

Pero ya no tiene sentido hablar de los merecimien­tos. Había que hacer por lo menos un gol para acercarse al Mundial. Y no se supo cómo hacerlo. Ni siquiera resulta-

ron los ensayos que hizo Sampaoli.

Un silencio que habló

Con la cancha cambiada, Di María (zurdo por la derecha) y “Papu” Gómez (diestro por la izquierda) aportaron poco por las bandas, tampoco fue vital la tarea de Marcos Acuña como lateral zurdo y Messi y Benedetto no parecieron sintonizar la misma onda, más allá de algún encuentro aislado. Volvió a costarle todo otra vez a la Argentina: generar juego, encontrar espacios claros en los 30 metros finales de la cancha y definir las oportunida­des que pudo crear a pesar de todo.

Apenas la marca ríspida y encimada de Nicolás Otamendi sobre Paolo Guerrero que anuló con rigor al mejor delantero de los peruanos puede resaltarse a la hora del repaso individual. Aún así, Guerrero pudo haber empeorado todo: en la última pelota del partido, Sergio Romero mandó al córner un tiro libre del peruano que se le colaba en lo más alto.

Inmediatam­ente después, el brasileño Wilson Sampaio dio su último pitazo. Y la Bombonera dejó de rugir. En vez de los gritos de la multitud, quedó flotando un silencio que pudo escucharse de tan denso que fue.

 ?? (FOTOBAIRES) ?? Darío Benedetto. Tuvo dos chances claras, una en cada tiempo, y no pudo concretar. En esta acción cabeceó por arriba del travesaño.
(FOTOBAIRES) Darío Benedetto. Tuvo dos chances claras, una en cada tiempo, y no pudo concretar. En esta acción cabeceó por arriba del travesaño.
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