Crece la presión económica para que Cataluña no se independice
Más de 500 empresas de distintos rubros abandonaron la rica región española desde el referéndum secesionista del 1° de octubre. El gobierno de Rajoy y el FMI advirtieron que la prolongada crisis catalana reducirá el crecimiento previsto para España en 20
MADRID. Mientras el Gobierno español y el Fondo Monetario Internacional (FMI) advierten de los estragos económicos que provocará la crisis independentista catalana, se conoció que al menos
540 empresas cambiaron su sede social de Cataluña a ciudades de otras regiones españolas desde el referéndum de autodeterminación del 1° de octubre.
El Colegio de Registradores de España informó ayer que el mayor número de salidas (212) se produjo el 9 de octubre, la víspera de que el presidente del Gobierno regional catalán, Carles Puigdemont, dijera en el Parlamento local que asumía el “mandato del pueblo” catalán en ese referéndum para que “Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república”.
Pero inmediatamente después propuso “suspender los efectos de la declaración de independencia” para abrir la puerta al diálogo.
El 10 de octubre se registraron
177 traslados de sede de empresas, mientras que el 11 de octubre se contabilizaron 144, aunque para ese día sólo hay datos de Barcelona y Gerona, dos de las cuatro provincias catalanas.
En sentido contrario, 22 empresas se mudaron a Cataluña hasta ahora en ese mismo período.
Las empresas optaron por el cambio de sede por el temor a la inseguridad jurídica que pudiera darse en la comunidad autónoma de Cataluña, que representa el 19 por ciento del PIB español.
Las salidas más resonantes fueron las de bancos como CaixaBank y Sabadell, la energética Gas Natural Fenosa, el grupo editorial Planeta y Aguas de Barcelona y la concesionaria de autopistas Abertis.
La inmensa mayoría de las compañías que abandonaron la región de Cataluña (501) tenían la sede social en Barcelona.
Previsiones revisadas
En tanto, el ministro de Economía y Competitividad de España, Luis de Guindos, aseguró ayer que la crisis catalana “no saldrá gratis” desde el punto de vista económico y obligará a situar “algo por debajo” del 2,6 por ciento las previsiones de crecimiento de España para 2018.
“Esto no sale gratis desde el punto de vista de la evolución económica. Este tipo de cuestiones tienen siempre impacto”, afirmó De Guindos en el marco de la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial (BM).
El ministro agregó que España va a tener “una tasa de crecimiento inferior” al 2,6 por ciento proyectado “como consecuencia de la exigencia de prudencia que pide la situación de incertidumbre”.
De Guindos aseguró que las empresas que han dejado Cataluña “están deseando volver a poner sus sedes” en la región si el gobierno de Puigdemont regresa al marco constitucional. “La inversión es la primera variable económica afectada”, sostuvo.
En el mismo sentido se pronunció el director del Departamento Europeo del FMI, Poul Thomsen, quien manifestó: “Si se prolonga la incertidumbre, esto podría tener impacto en el crecimiento, y obviamente nos gustaría que no ocurriera”.
Por ahora, la situación catalana se encuentra estancada a la espera del lunes, cuando termina el plazo para que Puigdemont responda al requerimiento que Madrid le envió el miércoles pasado para que aclare si ha declarado la independencia de Cataluña.
Si el líder catalán confirma que con su confuso discurso del martes ha proclamado la secesión de la región, se activará la segunda fase del artículo 155 de la Constitución, que otorga al Ejecutivo español la facultad de asumir funciones desempeñadas por las comunidades autónomas.