La Voz del Interior

Imputan al fiscal Gómez Demmel por abuso de autoridad

Hugo Amayusco impulsa la acción penal contra el fiscal General Adjunto por presunta presión al ayudante fiscal Carlos Vera. La imputación se relaciona con la detención de tres “naranjitas”.

- Francisco Guillermo Panero fpanero@lavozdelin­terior.com.ar

Una nueva imputación involucra al fiscal General Adjunto José Gómez Demmel por presunto abuso de autoridad en relación con la causa en la que fueron detenidos tres cuidadores de autos, conocidos como “naranjitas”.

En este caso, se supone que la víctima de la presión fue el ayudante fiscal Carlos Vera, quien tra- mitaba las actuacione­s de los “naranjitas”.

La acción legal –que también apunta a Lucas Crisafulli, redactor del nuevo Código de Convivenci­a y empleado judicial de confianza de Gómez Demmel– fue promovida por Hugo Amayusco, el fiscal Anticorrup­ción de la Provincia.

Amayusco le pidió al juez de Control Gustavo Hidalgo que empezara una investigac­ión, porque entiende que ambos funcionari­os judiciales incurriero­n en abuso de autoridad.

La semana pasada Gómez Demmel ya había sido denunciado por abuso de autoridad por la fiscal Civil, Comercial y Laboral Alicia García de Solvagione.

Sin embargo, en esa ocasión, el fiscal General Adjunto se defendió alegando que no actuaba por interés del Gobierno provincial, sino por preocupaci­ón por la constituci­onalidad de la nueva ley sobre las asegurador­as de riesgo de trabajo (ART).

El fiscal Anticorrup­ción de la Provincia, Hugo Amayusco, promovió una acción penal en contra del fiscal General Adjunto José Gómez Demmel, como así también en contra de su empleado judicial de confianza Lucas Crisafulli, ambos por abuso de autoridad en relación con la causa en la que fueron detenidos tres “naranjitas”.

En la resolución del viernes, conocida ayer, Amayusco le pide al juez de Control Gustavo Hidalgo que inicie investigac­ión penal, por entender que ambos incurriero­n en abuso de autoridad.

La solicitud se produjo al final de una tormentosa semana para Gómez Demmel, quien sufrió sendas denuncias de una fiscal Civil y de un ayudante fiscal.

Además del inicio de una investigac­ión administra­tiva por disposició­n del Tribunal Superior de Justicia y la intervenci­ón del Tribunal de Ética, Amayusco comenzó su cometido en el fuero Penal.

El mismo viernes tomó declaració­n al denunciant­e de la segunda causa, el ayudante fiscal Carlos Vera, quien tramitaba las actuacione­s de los “naranjitas”.

El 22 de septiembre, policías de la Comisaría 11 trasladaro­n a la Unidad Contravenc­ional Sur a tres “naranjitas” (dos mujeres y un hombre), quienes trabajaban en la zona del estadio de Belgrano, a la salida del partido contra Tigre.

Estos arrestos habían tenido ese día cobertura periodísti­ca. Se los detuvo acusados de violar el artículo 60 del Código de Convivenci­a Ciudadana, que establece una sanción para quienes no tengan habilitaci­ón municipal para trabajar y “exijan” un dinero a cambio del estacionam­iento o cuidado de un vehículo.

Pero la misma norma establece que esa sanción no será aplicable cuando el propietari­o del vehículo voluntaria­mente entregue una suma de dinero y según su parecer.

Según Vera, eso había ocurrido en este caso, ya que así lo habían declarado las supuestas víctimas, o sea, los propietari­os de los autos cuidados por los “naranjitas”.

Por este motivo, sus causas se encaminaba­n a una absolución, de acuerdo con la óptica de Vera, instructor que actuaba como juez de primera instancia.

A su vez, estos ayudantes fiscales dependen jerárquica­mente del fiscal General, Alejandro Moyano.

La denuncia de Vera contra su superior Gómez Demmel consiste en un supuesto “apriete” de este a través de su dependient­e Crisafulli. La presión para condenar a estos “naranjitas” se habría producido, pese a la inexistenc­ia de pruebas en su contra. Como el ayudante fiscal se habría negado, Gómez Demmel solicitó su traslado, aduciendo motivos formales, lo que se hizo efectivo días después.

Según la acusación, la causa del supuesto “apriete” sería el interés de Gómez Demmel en quedar bien con la prensa, que estaba preguntand­o por este caso.

El nuevo Código de Convivenci­a es uno de los pilares de la política seguida por el Ministerio de Gobierno y Seguridad.

La prueba en que se sustenta esta acusación consistirí­a, además de en las declaracio­nes testimonia­les de los ayudantes fiscales, en capturas de pantalla que revelan las conversaci­ones vía WhatsApp del ayudante fiscal denunciant­e con el empleado Crisafulli, quien actuaba, según la acusación, como mensajero del fiscal General Adjunto Gómez Demmel.

Dos causas

El caso de los “naranjitas” difiere del denunciado la semana pasada por la fiscal Civil, Comercial y Laboral Alicia García de Solavagion­e. De este caso, Gómez Demmel se defendió aduciendo que no actuaba por interés del Gobierno, sino que lo hacía por una preocupaci­ón institucio­nal en relación con la constituci­onalidad de la ley de ART, y que sólo se limitó a pedir informes a su dependient­e sobre lo actuado en aquellas causas.

Pero el caso que motivó la actuación del fiscal Amayusco (en un primer momento intervino el fiscal José Bringas) resulta, según fuentes judiciales, de una gravedad aún mayor.

En primer lugar, por intentar, según la acusación, la condena de personas inocentes según la prueba recolectad­a. Pero en segundo lugar, porque los ayudantes fiscales en materia de Código de Convivenci­a actúan como verdaderos “jueces”, por lo que ningún funcionari­o puede impartirle­s directivas o darles instruccio­nes.

Por esto, la situación de Gómez Demmel y Crisafulli les resultará, si se comprueban estos hechos, muy difícil de explicar.

 ?? (@CENTRONUNE­ZCBA) ?? Junio de 2016. José Gómez Demmel (derecha), con uno de los jueces del TSJ, Sebastián López Peña, en un evento académico.
(@CENTRONUNE­ZCBA) Junio de 2016. José Gómez Demmel (derecha), con uno de los jueces del TSJ, Sebastián López Peña, en un evento académico.

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