Una decisión que reavivó el conflicto
Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, los líderes de las entidades civiles que impulsaron en los últimos años las grandes marchas independentistas en Cataluña, fueron enviados a prisión provisional sin fianza acusados de sedición, delito penado con hasta 10 años de prisión.
La jueza de la Audiencia Nacional que investiga las movilizaciones que tuvieron lugar en la noche del 20 al 21 de septiembre en Barcelona llegó a esta decisión, tras tomar declaración por segunda vez al presidente de la Asamblea Nacional Catalana, Sànchez, y al de Òmnium Cultural, Cuixart.
Sànchez, de 53 años, y Cuixart, de 42, son las primeras personas que entran en prisión en el marco del proceso independentista catalán, que ambos impulsaron con masivas marchas y manifestaciones en los últimos años.
Uno de los primeros en reaccionar a la decisión de la jueza fue Carles Puigdemont, quien la tildó de “mala noticia”. “Pretenden encarcelar ideas, pero nos fortalece la necesidad de libertad”, escribió el presidente catalán en Twitter. Otros políticos como el “número dos” del Ejecutivo catalán, Oriol Junqueras, o la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, criticaron la medida, que fue considerada “desproporcionada”, incluso por el líder de los socialistas en Cataluña, Miquel Iceta.
Los hechos por los que se investiga a los líderes de la ANC y de Òmnium tuvieron lugar cuando agentes de la Guardia Civil registraban la sede del área de Economía del Ejecutivo catalán en el marco de un gran operativo policial contra el referéndum.
Esa noche, tras la detención de 14 personas presuntamente vincu- ladas con la consulta, hubo marchas a las puertas de la Consejería del Govern catalán e impidieron salir a los guardias civiles, además de destrozar algunos vehículos.
En mensajes grabados y difundidos en redes sociales, Sànchez y Cuixart piden serenidad y confianza ante la represión, así como una movilización permanente.