“Votamos al kirchnerismo porque del otro lado hay neoliberalismo”
El líder de Patria Grande sostiene que se alió con los K para enfrentar a Macri. Cree que la corrupción se mantiene en la actual gestión.
El exprecandidato a diputado de Ahora Buenos Aires (Patria Grande) Itai Hagman vino a Córdoba para dar apoyo a la lista kirchnerista local, el frente Córdoba Ciudadana.
Su sector participó de la interna de Unidad Porteña contra Guillermo Moreno y Daniel Filmus en las Paso de Capital Federal.
Sin embargo, este joven dirigente de 32 años que obtuvo 2,3 por ciento el 13 de agosto (0,5 por ciento menos que el polémico exsecretario de Comercio Interno del gobierno anterior), en parte, diferencia su espacio del de Cristina Fernández a la hora de encuadrarse en el tablero político de los movimiento autodenominados populares.
“El kirchnerismo es una expresión más de los movimientos populares; es quizás la expresión mayoritaria en la actualidad. Sin embargo, nosotros no somos ni fuimos kirchneristas. Reconocemos diferencias y mantuvimos autonomía. El llamado a votar por el kirchnerismo que hacemos tiene que ver con resistir el embate neoliberal que propone el gobierno de Mauricio Macri. Del otro lado hay neoliberalismo”, sostuvo en una entrevista con La Voz.
–¿El apoyo, entonces, es una cuestión táctica?
–Creemos que Argentina, en los 20 meses que gobernó Macri, experimentó de nuevo una política sumamente antipopular. Hay un intento por vulnerar muchos derechos, que queda expuesto en discusiones como las de reforma laboral y previsional. Se trata de un intento por reconstruir en el país una hegemonía neoliberal. En ese marco de diagnóstico, creemos que todas las organizaciones que rechazamos ese proyecto tenemos que tratar de unir fuerzas para hacer una oposición firme y lo más amplia posible.
–¿Cuáles serían los límites políticos en esa construcción ?
–Justamente, el límite son todos los sectores que avalan a las políticas neoliberales: Cambiemos, parte del PJ, Frente Renovador, etc. –¿Y los límites éticos?
–Lo primero que hay que tomar frente a los hechos de corrupción es no negarlos. El Estado está atravesado por una trama de corrupción estructural que ni empezó en el gobierno anterior ni terminó el
10 de diciembre de 2015. Por eso creo que es también necio asociarla exclusivamente a una expresión política, como pasa ahora.
–¿Cómo debe digerir el armado que propone a los sectores que pueden estar vinculados a la corrupción?
–El gobierno de Macri también está plagado de corrupción, y de los dos lados del mostrador: como gestión del Estado y como empresarios de la obra pública. Pero además, el tema de la ética tiene un segundo gran punto, que es el financiamiento de la política. Se puede financiar de manera transparente, pero eso implica regulaciones desde el Estado. Las estructuras políticas tradicionales hoy no pueden explicar cómo financian las campañas. Hay que discutir en serio el tema porque de lo contrario, empresas y privados ejercen poder de esa manera. Cuando se miran las primeras medidas de Macri –como bajar las retenciones al campo y a la minería– pareciera que estaba más devolviendo favores que gestionando lo que pensaba. Además, si uno puede hacer una campaña de
10 mil pesos con transparencia, y otro puede hacer una campaña de un millón, ahí la democracia se pervierte.
–Dentro lo que usted denomina movimientos populares, ¿dónde pretende ubicarse Patria Grande?
–Nos autodenominamos como un intento de construir una izquierda popular, que se diferencia de los partidos tradicionales de izquierda. Nosotros creemos que hay que construir unidad para rechazar este proyecto liberal y eso supone trabajar con gente que tiene identidad política diferente. No basta construir frentes con los iguales a uno. Ellos no.