Desconcierto opositor en una Venezuela roja
La Mesa de Unidad Democrática no da señales evidentes del fraude que denuncia. El chavismo, pese a la grave crisis económica y política, se aseguró 17 de las 23 gobernaciones.
CARACAS. Luego del primer acto reflejo, expuesto en la madrugada de ayer cuando se conocieron los resultados de las elecciones para gobernador, la oposición venezolana reunida en la Mesa de Unidad Democrática (MUD) se hundió ayer en el desconcierto.
Las actas electorales no permitieron a los candidatos refutar con contundencia los resultados oficiales. Y las presiones, el clientelismo y otro tipo de maniobras que también señalaron los opositores para explicar la derrota no fueron, en todo caso, muy distintos a las de comicios que el chavismo perdió. Como escribió Francisco Toro en Caracas Chronicles, un sitio de análisis muy crítico del gobierno de Nicolás Maduro: “Por más shockeante que sean estos resultados; por imposible que parezcan, la navaja de Occam (como se llama a una explicación que es la mejor por su sencillez) apunta en una sola dirección: los votantes de la MUD no aparecieron; y por eso perdimos”.
De todos modos, la MUD exigió que se audite todo el proceso electoral desplegado el domingo como condición ineludible para reanudar el proceso de diálogo político con el Gobierno madurista.
El oficialismo “rojo, rojito”, como se llama al chavismo se alzó con 17 de las 23 gobernaciones. La oposición se quedó con cinco y anoche aún no estaba resuelto el resultado del estado Bolívar. Fue casi la inversión perfecta de los resultados que esperaba la MUD y habían pronosticado las encuestas. El desconcierto opositor es total: Maduro tiene niveles de aceptación de apenas 22 por ciento. La inflación es rampante. Y el desabastecimiento también. Además, Venezuela y su petrolera, Pdvsa están al borde del default.
Uno de los datos más lacerantes: la oposición perdió el estado de Miranda, donde gobernaba Henrique Capriles, excandidato presidencial y referente de la oposición.
“Exigimos auditoría total, cuantitativa y cualitativa, que no sea impuesta por el ente comicial, de todo el proceso electoral con verificación internacional confiable”, dijo Ángel Oropeza, de la MUD.
“No asistiremos a ningún proceso de exploración, conversación o negociación hasta tanto no se hayan aceptado las auditorías y cambios que requieren la pulcritud inherente al ejercicio de los derechos políticos de los venezolanos”, prosigue la declaración.
Oropeza, que leyó el documento opositor ante periodistas, acusó al Gobierno de “torcer y desconocer la voluntad” del pueblo, y aseguró que “nadie duda que las elecciones en Venezuela no son libres, ni justas, ni transparentes”. Dijo que la MUD detectó “un gran número de irregularidades” ocurridas durante las votaciones en todo el país.
Entre ellas, aseguró, a un millón de electores se les “impidió u obstaculizó votar en centros históricamente opositores”, mientras que a otros 350 mil la causa fue “violencia e intimidación dentro y fuera de los centros”.
El portavoz acusó al Gobierno de aplicar “coacción y chantaje a empleados públicos y beneficiarios de programas sociales” para votar a favor de sus candidatos, tras denunciar que se detectó que algunas personas “votaron acompañadas” por activistas del partido de Gobierno.