La construcción social de la desconfianza

El caso Maldonado ingresará hoy en una etapa de estudios forenses, en la que con arreglo al método científico se intentará establecer qué ocurrió con el joven desaparecido. Describimos ese proceso en nuestro Primer plano de hoy.

Esos estudios, cuando es posible hacerlos, aportan evidencias, certezas, pruebas determinantes que describen la naturaleza de un hecho. Ya despojado de creencias y de opiniones, en el ámbito de lo verídico, que es coincidencia con lo real.

Si en Argentina la palabra de las instituciones gozase de mayor confianza, esta evidencia científica sería un auxilio siempre necesario, pero no el primero, único y último recurso admitido para reconocer la verdad.

La familia de Santiago Maldonado ha dicho que no cree ni en jueces, ni en gobernantes, ni en el Estado en general. Es una proclamación del grado último de la desconfianza, que los argentinos ya conocimos en palabras de otras víctimas. Es un aprendizaje que se forjó en casos como los de Carrasco o de María Soledad Morales, y tantos otros cuyas raíces llegan hasta la noche de la última dictadura.

Pero no es la única desconfianza de raigambre argentina. También existe otra de gestación más cercana: la que ensombrece a instituciones defensoras de los derechos humanos que en los años recientes

SI EN EL PAÍS LA PALABRA DE LAS INSTITUCIONES GOZASE DE CONFIANZA, LOS ESTUDIOS FORENSES NO SERÍAN LA RAZÓN ÚLTIMA DE LA VERDAD.

desflecaron la confianza absoluta de la que gozaron en los albores de la democracia.

La sectarización de algunos de sus principales referentes, su compromiso táctico y operativo con facciones políticas que abusaron del poder público en perjuicio de la ciudadanía también han dejado huellas tan profundas como negativas. Los casos Schoklender y Milani también sembraron semillas de desconfianza. Que son las que explican, mal que nos pese, buena parte del estado de opinión en torno al caso Maldonado.

Y es así que estamos, por una razón u otra, desconfiando aun de lo evidente. Esperando autopsias.

En el torbellino de las creencias, antes que en la construcción colectiva y racional de la verdad.