Bruno y una fiesta que será de todos

Marcelo clavando un triple y levantando los brazos pidiendo aliento; Campana “caminando en el aire” para una conversión que levanta el estruendo; Osella “raspándose” entre gigantes y aportando lo suyo; Palladino robando una pelota y encarando el aro rival con decisión; Herrmann cortando las redes y fumando un habano trepado al tablero...

Todas postales de un viejo Atenas que son cosas del pasado y no volverán. Hasta que la excusa de un partido homenaje a Bruno Lábaque los vuelve a reunir hoy, en una jornada cargada de sorpresas y de la que sólo se tiene certeza que habrá un vencedor por goleada: la nostalgia.

Mientras Atenas sigue sin encontrar la fórmula para recuperar la memoria y volver a ser ese estandarte al que todos querían imitar, el Polideportivo Carlos Cerutti se poblará de recuerdos en una reunión en la que el reconocimiento no se agotará en la figura del base que actuó hasta hace pocos meses.

Bruno, convertido hoy en el mánager del club, fue parte de ese Atenas que enorgulleció al deporte cordobés. Y en la misma semana en que el club celebró el 20º aniversario de la epopeya del tercer puesto logrado en París, en el Open McDonald’s, su despedida será, al lado de varias de esas mismas luminarias, una apuesta que, sin dudas, abrirá el juego del aplauso generoso hacia otras figuras con mayor peso histórico.

Quienes discuten el liderazgo de Bruno remarcarán que Milanesio, “Pichi”, Osella u Oberto no tuvieron despedida. Tampoco hubo para Germán Filloy, Donald Jones y Walter Garrone.

Pero al margen de esa lectura cargada de rencor y de una lucha de egos que afloró especialmente en los últimos años, la despedida de hoy no sólo pretende ser la fiesta de Bruno. Porque el reconocimiento será compartido con quienes hicieron inmenso a Atenas y a los que el club aspira a sumar para volveraserloquefue.

LA EXCUSA DE LA DESPEDIDA DE LÁBAQUE REUNIRÁ HOY A LO MEJOR DE LA FAMILIA ATENIENSE.