El empresariado quiere velocidad Walter Giannoni
El empresariado cordobés comienza a ver una luz al final del túnel y, en general, se entusiasma con el resultado electoral aun cuando hay quienes consideran imprescindible que el Gobierno nacional no se duerma en el triunfo y les ponga un plazo concreto a las reformas que pretende encarar en materia tributaria y laboral.
Dos situaciones se combinan para que esta vez aflore en el espinel empresario un marcado optimismo sobre el ciclo que se abre: el fuerte respaldo ciudadano a Mauricio Macri llega en un momento de recuperación en la mayor parte de los sectores. Por caso, en la industria, nueve de 11 ramas fabriles ya muestran brotes, algunos vigorosos como el caso de casi todo lo vinculado con la metalurgia.
Esta pinza conformada por un Presidente fortalecido y una economía en crecimiento es la principal herramienta que, a criterio de los hombres de negocios, tiene el Gobierno para empujar a dos sectores clave y críticos como los gobernadores y los sindicalistas a una mesa de negociación de las reformas laboral e impositiva.
Ayer, a horas de que la ola amarilla cruzara de punta a punta el país, Macri encabezó la reunión de la llamada Mesa de Carnes, ámbito donde uno de los temas que se discute es la presión tributaria que recae sobre ese alimento central en la dieta de los argentinos.
Estuvo 140 minutos anclado en esa silla. “Mantuvo una actitud totalmente activa, coordinó la reunión, distribuyó la tarea, e inclusive realizó el resumen de las conclusiones”, relató Daniel Urcía, representante de los frigoríficos cordobeses. Además, le puso fecha al quinto encuentro: el 15 de diciembre.
Productores, sindicalistas y dirigentes que participaron de ese encuentro tomaron nota allí de que esa puede ser la actitud frente a la mesa de diálogo que Macri anunció a media mañana en conferencia de prensa. El jefe de Estado se comprometió inclusive a convencer a María Eugenia Vidal para que reduzca ingresos brutos al sector cárnico de Buenos Aires, un gravamen que va del tres al seis por ciento.
Euclides Bugliotti, cuya deriva por el mar peronista no alcanza a opacarle el ascendiente que mantiene en el empresariado, analizó a su estilo lo que viene: “Macri sabe que esto no puede seguir así, en 180 días tiene que tomar medidas claras y ahora cuenta con la oportunidad de revisar. Estamos muy llenos de impuestos, de costos, y las obras públicas se hacen tomando deuda”, resumió.
El consenso en torno a que el momento es ahora o nunca también cruza escalas empresariales. Horacio Parga y Manuel Tagle, por ejemplo, opinaron que el apoyo electoral junto con los cambios esperados dispararán la inversión y la actividad económica, con una progresiva recuperación del empleo.
Con menor volumen pero situados en el eje de la problemática Pyme, Alfredo Osses (plásticos) y Carlos Zaffi (materiales de construcción) consideraron que la única manera en que esa escala empresaria puede recuperar competitividad y generar empleo es mediante un acuerdo impulsado desde el Gobierno con la solidez de los votos.
En otras palabras, ninguna Pyme está en condiciones por su cuenta de discutir con el Estado o con los gremios sin morir en el intento.