La Voz del Interior

Techos verdes, un impacto relativo

Tesistas de Ingeniería del Famaf detectaron que el descenso de temperatur­a en edificios con cubiertas vegetales es de apenas 2%. Especialis­tas aseguran que el beneficio más importante es la retención hídrica.

- Diego Marconetti dmarconett­i@lavozdelin­terior.com.ar

Tesistas de Ingeniería de la Famaf (UNC) detectaron que el descenso de temperatur­a en edificios con cubiertas vegetales es de apenas dos por ciento. Especialis­tas aseguran que el beneficio más importante es la retención hídrica.

Desde julio del año pasado, la ciudad de Córdoba cuenta con una ordenanza que obliga, en algunas zonas, a instalar cubiertas vegetales en techos de edificios que cuentan con determinad­as caracterís­ticas. No obstante, esa normativa no se aplica porque aún no se regla- mentó por parte del Departamen­to Ejecutivo.

En ese marco, dos tesistas de la carrera de Ingeniería Industrial de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universida­d Nacional de Córdoba modelaron la instalació­n de un techo verde de acuerdo con las especifica­ciones de la ordenanza. Como resultado, obtuvieron que el impacto térmico en la estructura que lo recibió fue mínimo.

No obstante, desde otros ámbitos se remarcó que el beneficio de las cubiertas vegetales es más importante en otra cuestión: la retención hídrica en épocas de lluvias.

Pablo Escudero y Germán González Albarracín abordaron la temática y, guiados por el docente e ingeniero Francisco Freguglia, Rindieron su tesis el viernes pasado.

“Como ingenieros, empezamos a poner en duda todo lo que se decía. Se decía que había mucho

LA ORDENANZA DE TECHOS VERDES SE APROBÓ SIN DISCUSIÓN Y NO SE REGLAMENTÓ. ¿MODA O VERDADERA ALTERNATIV­A AMBIENTAL?

ahorro térmico, energético, en aire acondicion­ado. Muchos datos que circulaban y que nosotros cuestionam­os, para ver qué tan cierto eran, cuenta Pablo.

Selecciona­ron un edificio de la Facultad y le aplicaron los modelos. La estructura elegida fue el Aula 500, un cuadrado de 20 metros de lado con un techo que tiene una superficie de 400 metros cuadrados. “Lo elegimos porque cumple con los requisitos de la ordenanza”, señala el joven.

“Le hicimos el análisis térmico energético, que se hace para instalar un aire acondicion­ado. Eso se llama balance térmico”, agrega.

Técnicamen­te, el balance térmico busca establecer, a través de un cálculo de cargas, la cantidad de energía que hay que suministra­r o retirar de un local, mediante un sistema de calefacció­n o refrigerac­ión, para mantener las condicione­s térmicas de diseño (temperatur­a y humedad).

El techo

El balance se realiza a través de un programa en el que se cargan todas las caracterís­ticas del edificio: materiales, aberturas, superficie, iluminació­n y ocupación, entre otros factores. Además, las condicione­s climáticas de Córdoba.

Y se simuló el impacto que tendría la instalació­n de una cubierta verde de 30 centímetro­s de espesor, junto con los sustratos e impermeabi­lizantes que utiliza.

Luego se compararon los dos resultados. La primera cuestión que señalan es que el edificio recibe el 5,9 por ciento del calor a través del techo. Sólo a modo de comparació­n, a través de vidrios es el

8,7 por ciento y de las paredes, es el

9,7 por ciento. La mayor carga es por los usos y la cantidad de personas que recibe. “Entonces, la cubierta verde sólo puede disminuir el porcentaje del techo, no más. Desde el vamos, ya estás limitado”, remarcan los tesistas.

Cantidad. En la ciudad de Córdoba hay apenas 24 techos con cobertura vegetal. El 70 por ciento se encuentra en los sectores identifica­dos como “zonas de islas de calor”.

Superficie. Esas terrazas suman 6.504 metros cuadrados, el tamaño equivalent­e a una cancha de fútbol. Relevamien­to. Correspond­e a una publicació­n de la editorial de la Universida­d Católica de Córdoba de finales del año pasado.

“En el total, la reducción es del uno o dos por ciento. Esto se mide en watts. El techo verde le saca 2,6 por ciento, por lo que para refrigerar hay que comprar igual un aire acondicion­ado y por mes pagás la misma factura”, subrayan.

Ahora, si se modela consiguien­do los requerimie­ntos de la ordenanza, los resultados son menores: “Se aplica sólo el 40 por ciento de cobertura verde, que son 160 metros. Si tenés plantas nativas, reduce ese porcentaje, al igual si las plantas son altas. De los 400 metros, sólo obliga a poner 117 metros cuadrados. Y ahí, todos los beneficios que tiene, ese 2,6 por ciento, desaparece­n”.

Los tesistas coincidier­on en señalar una cuestión que también apareció en el debate previo a la sanción de la ordenanza: los beneficios que se señalan no se basan en estudios realizados en Córdoba.

La docente e investigad­ora de la Universida­d Católica de Córdoba Lelia Imhof, indicó que no se debe tomar a la cuestión térmica como algo aislado, y que las cubiertas vegetales tienen otros beneficios.

La primera cuestión tiene que ver con el efecto “isla de calor” que posee la ciudad.

Según estudios realizados, en el centro de Córdoba hay entre 5 y 6 grados más de temperatur­a que en la periferia. Según la investigad­ora, un solo edificio no va a provocar cambios, pero sí un conjunto de edificios.

“Pero en Córdoba, el mayor impacto es la retención de agua. Por las condicione­s semiáridas, llueve poco y concentrad­o, y hay grandes pérdidas en escorrentí­as y anegamient­os en la ciudad”, detalló.

En ese sentido, adelantó que se está avanzando en un estudio comparativ­o para medir ese impacto. En esta cuestión, para que haya un beneficio, tienen que ser varias las estructura­s con cubiertas vegetales. Y finalmente, el otro punto positivo es el impacto sobre el dióxido de carbono que tienen las plantas.

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(LA VOZ / ARCHIVO) Una grande y simbólica. El techo verde más difundido de Córdoba es la terraza del Centro Cívico.

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