La Voz del Interior

Schiaretti también eligió a Cristina como rival

- Julián Cañas La trastienda jcanias@lavozdelin­terior.com.ar

“El saldo más importante de esta jornada es que se terminó el ciclo político del kirchneris­mo, que tanto daño le hizo a Córdoba”, sorprendió Juan Schiaretti con una definición política en la tardenoche del domingo pasado, cuando ya despuntaba una contundent­e victoria del macrismo en gran parte de país.

Como ya lo hicieron el presidente Mauricio Macri y algunos mandatario­s provincial­es, Schiaretti también eligió a la expresiden­ta como rival política a la hora de explicar la derrota por 18 puntos del PJ en Córdoba.

Suena paradójico. Cristina Fernández, quien fue reelegida en 2011 como presidenta con la mayor cantidad de votos (54 por ciento) en esta etapa democrátic­a, hoy acorralada por causas judiciales, aparece como la elegida por la mayoría para confrontar.

La expresiden­ta, quien sigue siendo la peronista con mayor caudal electoral pese a haber perdido en la provincia de Buenos Aires, no para de recibir pedidos de indagatori­as en tribunales federales y desafíos políticos, hasta desde su propio partido.

No es nueva la estrategia de Schiaretti de buscar pulsear con Cristina. Desde el conflicto con el campo (en marzo de 2008), el peronismo cordobés hizo de su enfrentami­ento con el kirchneris­mo una columna vertebral para mantener el poder en la provincia.

El gobernador y su socio político José Manuel de la Sota siempre convirtier­on en una bandera de posicionam­iento político su enfrentami­ento con los Kirchner, en el territorio más anti-K del país.

¿Por qué ahora Schiaretti insiste en esa estrategia, cuando el rival por vencer para el PJ debería ser el macrismo?

El gobernador está enfocado en 2019. Ya inició la carrera para tratar de retener el poder dentro de dos años, en un contexto provincial de fortalecim­iento electoral de la alianza Cambiemos, envalenton­ada por la clara victoria del domingo pasado.

Las encuestas que contrata el Centro Cívico indican que los cordobeses, más que macristas, son antikirchn­eristas.

De allí que no sorprende el plan de Schiaretti. Le apunta a Cristina Fernández para evitar confrontar directamen­te con Macri, quien mantiene un alto nivel de adhesión en Córdoba.

Además de presentars­e como un anticristi­nista acérrimo, en los últimos días Schiaretti mostró la otra carta que tiene en la manga y que hará jugar en 2019: exhibirse como un opositor “constructi­vo” al Gobierno nacional.

Como ocurrió en la campaña para las elecciones legislativ­as del domingo último, el mandatario se presenta como un crítico moderado del macrismo, reclamando más federalism­o, pero sin salirse de una convivenci­a pacífica con la Casa Rosada.

Por ahora, cuando la economía no brinda las respuestas esperadas, el sostén político del presidente Macri es ser el muro de contención de un posible resurgimie­nto político de la expresiden­ta.

Derrotada, pero con el apoyo de más de 3,3 millones de votos, Cristina Fernández seguirá teniendo protagonis­mo en el escenario nacional.

En este contexto, Schiaretti y otros gobernador­es peronistas no le dejarán a Macri la exclusivid­ad como rivales del cristinism­o.

Ya se dijo en esta columna que Schiaretti hace varios meses que viene tejiendo una alianza política con el senador Miguel Pichetto, en la pulseada que se viene con Cristina Fernández en el Senado.

Esto quedó corroborad­o el jueves pasado, cuando el senador rionegrino compartió con Schiaretti la cabecera de la mesa en la reunión de mandatario­s peronistas.

El gobernador jugará en la interna nacional del PJ en contra del cristinism­o, pero su verdadero objetivo es retener el poder en Córdoba. Cuestionar a Cristina y dialogar con Macri parece ser su fórmula.

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(MARTÍN BAEZ / ARCHIVO) Juntos. Schiaretti y Cristina Fernández, en 2011.
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