Ser padres, un deseo que voltea fronteras
Hay una delgada línea roja –entre la realidad y el deseo– que se debe tener en cuenta al tratar unte matan sensible como la necesidad de ser padres.
Para colmo, a veces dicha línea es confusa, difusa, incluso contradictoria. Y no se debe olvidar ninguno de los factores concurrentes para explicarla.
En septiembre de 2016, publicamos una serie de historias de parejas cordobesas que consiguieron adoptar un niño en Ucrania, un país en donde el propio Gobierno promociona de manera activa esa posibilidad.
Muchas otras familias siguieron ese periplo, impulsadas por una situación compleja: en Córdoba hay unos 4.800 inscriptos en el Registro Único de Adoptantes, pero en 2016, por ejemplo, se dieron en adopción apenas 56 chicos. Los procesos son lentos y pueden tardar varios años, sumado a que la mayoría de los interesados sólo quieren recibir bebés.
Todo eso hace que muchos pre- fieran emprender la “aventura” de intentarlo en países como Ucrania. Y muchas de esas historias tienen un final feliz.
Pero cuidado. En 2015, por ejemplo, la directora de cine Daniela Fejerman presentó la película La adopción, que narra la odisea que ella misma vivió en 2009 al pasar por interminables episodios de burocracia y corrupción para
MUCHAS FAMILIAS PREFIEREN ENFRENTAR EL RIESGO UCRANIANO ANTES QUE ESPERAR AÑOS PARA ADOPTAR EN CÓRDOBA.
adoptar un niño en Ucrania.
En febrero de este año, la Generalitat de Cataluña comenzó a detectar índices mucho más altos de Síndrome de Alcoholismo Fetal en pequeños que provenían de Ucrania y otros países del este europeo, donde es muy usual el consumo de alcohol durante el embarazo. Eso puede provocar alteraciones neurológicas y físicas en los hijos.
El Primer plano de hoy narra cómo ese hecho es ocultado por las autoridades, a través de testimonios de cordobeses que estuvieron meses en ese país intentando adoptar, y que también vivieron episodios de corrupción.
A veces, el deseo y la realidad se chocan. Y cada reacción ante eso es personalísima.