“Me enamoro del Mercado Norte cada vez que lo visito”
Neuropsicóloga, funcionaria y amiga del gobernador. Clienta exigente de verdulerías. Se casó dos veces con la misma persona.
Suele pasar: hasta las mejores entrevistas se desbarrancan. A veces, los entrevistados abandonan el diálogo enojados, otras se vuelven monosilábicos y hay que arrancarles las respuestas con una tenaza. Pero también hay ocasiones, como esta, en que la entrevistada se olvida de que la están entrevistando, se deja arrastrar por el olfato, saca la billetera y comienza a armar el menú de la cena familiar mientras avanza entre los puestos eligiendo lomito de atún, pasas de uva, condimentos y departiendo con un verdulero sobre las virtudes del manojo de apio que acaba de elegir. En fin: no nos queda más que seguirla.
Estamos aquí con Raquel Krawchik, rectora de la Universidad Provincial de Córdoba, ex mujer fuerte de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, neuropsicóloga, con más de 40 años de profesión, y propietaria de uno de esos currículum que llenan media docena de páginas: que fundó tal sociedad latinoamericana, que presidió tal asociación internacional, que creó tales maestrías universitarias, que ganó tal premio Konex.
El mercado magno
Pero –se sabe– no importa qué tan extensos y heterogéneos sean los currículum cuando toca la hora de las debilidades humanas, la comida en este caso. Además no estamos en el aula magna de una universidad, sino en un sitio mucho más elevado: caminamos por el pasillo de un mercado popular acribillado por el aroma a tomillo y envuelto por los gritos de los cargadores. Es un gigantesco loft ambientado por un decorador carnívoro que colgó guirnaldas