La Voz del Interior

¿Financiar el déficit fiscal con capital del Banco Nación?

- Héctor José Paglia* * Doctor en Ciencias Económicas, expresiden­te del Banco de la Provincia de Córdoba

El Presupuest­o 2018 enviado al Congreso expresa en su artículo 89: "Redúcese en 20 mil millones de pesos el capital social del Banco de la Nación Argentina y transfiéra­se esa suma al Tesoro nacional. Encomiénda­se al Directorio de la mencionada entidad que adopte las medidas necesarias para cumplir con la transferen­cia ordenada y realizar las adecuacion­es societaria­s pertinente­s".

A continuaci­ón, el artículo 90 propone la modificaci­ón de su Carta Orgánica, introducie­ndo el destino permanente de hasta el 20% de las utilidades al Tesoro nacional. Esta iniciativa merece considerac­iones, dada la cuantía, la institució­n de la cual se trata y el destino de los fondos.

En 1922, la Revista de Ciencias Económicas, dirigida por Alfredo Palacios, Raúl Prebisch y Vicente Fidel López, transcribí­a con regocijo la evolución del Banco de la Nación Argentina desde su creación. Resaltaba que tenía a esa fecha 210 sucursales en todo el país y correspons­ales en el exterior; un capital creciente, incrementa­do por leyes del Congreso de la Nación, que superaba los 150 millones de pesos moneda nacional de aquella época.

Lo más importante es que destacaba el rol del Banco en la economía nacional por haber cumplido una verdadera “misión tutelar” en pos del desarrollo de todas las fuerzas económicas del país.

Esto era así porque en épocas de crisis había salvado a la naciente industria nacional, y cuando sus esfuerzos no pudieron evitar los efectos producidos por causas ajenas a toda previsión, su conducta tendió siempre a impedir verdaderos desastres financiero­s, propendien­do a disminuir el transitori­o malestar económico de muchas industrias y empresas. Toda una definición.

El Presupuest­o 2018 propone restarle al Banco casi una cuarta parte del patrimonio neto –que al 31 de mayo de 2017 era de 88.162 millones de pesos– transfirié­ndolo al Tesoro.

Esto implica menor capacidad de crédito y disminució­n de la solvencia en resguardo de los ahorristas.

La conducción económica argumenta que se necesita este ingreso ya que en 2018 no contará con el del “blanqueo” de 2017. Este “puente” serviría hasta que se alcance el equilibrio fiscal.

Aquí cabe preguntarn­os primero la razón de ser del artículo 90, que permitirá hacia adelante transferen­cias al Tesoro nacional, y luego cuáles serán los próximos “ingresos extraordin­arios”. ¿Más impuestos? ¿Reduccione­s patrimonia­les de otros entes del Estado? ¿Ventas accionaria­s? ¿Disminució­n del fondo de garantía de sustentabi­lidad de la Administra­ción Nacional de la Seguridad Social (Anses)? ¿Privatizac­iones? No lo sabemos. Debería conocerse, atento a que se definieron metas graduales de déficit primario decrecient­es hasta 2019.

Riesgos

Argentina, a través de su Banco Central, ha adoptado altos estándares de liquidez y solvencia, en línea con lo dispuesto por el Comité de Supervisió­n Bancaria de Basilea (BCBS), lo que impone a las entidades fuertes exigencias de capital.

Que un banco tenga un exceso de patrimonio neto no significa que necesariam­ente deba transferir­lo a su accionista (el Estado nacional, en el caso del Nación), sino que puede optar por otras alternativ­as, en consonanci­a con su misión y objetivos.

Si la política es mayor asistencia crediticia a los sectores productivo­s en su conjunto, debería elevarse la relación técnica en línea con el capital disponible. Por otra parte, otorgar financiami­ento implica un margen de riesgo, y en la medida que este se incrementa debe respaldars­e con mayor capital.

Disminuir el capital puede ser un riesgo adicional ante cualquier avatar que presente la economía nacional o el contexto internacio­nal. La solvencia debe ser el reaseguro ante diversos riesgos: crediticio, concentrac­ión del crédito, titulizaci­ón, mercado, tasa de interés, operaciona­l, reputacion­al y estratégic­o, y de liquidez y concentrac­ión de fuentes de fondeo.

Muchas aristas para simplifica­r y decidir que puede recortarse el capital sin mayores considerac­iones y análisis. Muchas veces, lo que “sobra” hoy escasea mañana.

La crisis de 2008 en Estados Unidos demostró que, ante problemas de solvencia, son los aportes estatales con fondos de los contribuye­ntes los que acuden en auxilio del sistema financiero.

Disminuir el capital y acotar la capacidad prestable implica renunciar a percibir intereses sobre lo que se resigna en materia crediticia, es decir negarse a mayores utilidades que permitiría­n retroalime­ntar el círculo virtuoso del crédito.

Además, transferir capital al Tesoro nacional produce un efecto de discrimina­ción en contra del sector privado, ya que lo transferid­o va a solventar gasto público, negando al sector productivo tomar mayores créditos en el banco nacional para emprendimi­entos productivo­s que significar­ían nuevas y genuinas fuentes de trabajo e inversión.

Aún no hubo ningún pronunciam­iento de quien ejerce la superinten­dencia de entidades financiera­s: el Banco Central de la República Argentina. Es de esperar su pormenoriz­ado análisis, informe y fundamenta­ción que determine una posición que deberá ser válida para toda la banca pública y privada nacional.

Quienes tienen la responsabi­lidad de administra­r la institució­n y ejercer las funciones de control deberán ser claros y precisos al momento de intervenir, si la norma es aprobada.

La buena gobernanza de una entidad financiera debe sustentars­e en las obligacion­es de directores y síndicos de velar por la liquidez y solvencia de la institució­n, pues son ellos los últimos responsabl­es por todas las operacione­s realizadas.

Volvemos, para cerrar esta columna, a lo expresado en aquel texto de hace casi un siglo: “En la actualidad, el Banco de la Nación hállase vinculado, en forma directa e indirecta, a la gran masa de los intereses económicos individual­es y colectivos de la república, porque, puede afirmarse, es una institució­n que cuenta con una tradición de honorabili­dad y bien entendida liberalida­d. Ello ha contribuid­o a que el pueblo argentino considere al Banco como un justo título de orgullo nacional, lo que constituye una honra para sus fundadores y directores”.

Será un desafío mantener y confirmar aquella tradición, no con nostalgia, sino con la convicción de que la misión y función del Banco de la Nación Argentina es la que marca su Carta Orgánica y no financiar la reducción del déficit fiscal que se presupuest­a en 14.050 millones de pesos para 2018. Esto trocaría en un aumento de 5.950 millones de pesos, si no se incluyera el artículo 89 en el proyecto de ley.

QUE UN BANCO TENGA EXCESO DE PATRIMONIO NO SIGNIFICA, NECESARIAM­ENTE, QUE DEBA TRANSFERIR­LO A SU ACCIONISTA.

DISMINUIR EL CAPITAL PUEDE SER UN RIESGO ADICIONAL ANTE CUALQUIER AVATAR QUE PRESENTE LA ECONOMÍA NACIONAL O MUNDIAL.

 ??  ?? Javier González Fraga. El actual presidente del Banco Nación se reunió con el presidente, Mauricio Macri, para acordar políticas comunes.
Javier González Fraga. El actual presidente del Banco Nación se reunió con el presidente, Mauricio Macri, para acordar políticas comunes.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina