La Voz del Interior

Anuncios sobre un mullido colchón de votos

- Horacio Aizpeolea Correspons­alía Buenos Aires

Sobre el mullido colchón de votos que dejaron las elecciones, Mauricio Macri, rápido de reflejos, vio luz verde. Sentó en la platea del CCK a gobernador­es, a sindicalis­tas y a empresario­s, y delineó su programa de “consensos básicos”. Dijo buscar, detrás de las reformas, “un país ordenado”.

Según una encuesta de Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM), de Enrique Zuleta Puceiro, la expectativ­a positiva sobre la segunda parte del gobierno de Cambiemos, que empieza en diciembre, pero que en los hechos arrancó ayer, subió de 57,7 a 65,9 por ciento. La mirada negativa cayó de 64,4 a 33 por ciento. Con este plan, Macri no apuesta sólo a un final tranquilo de gestión. Ve que los próximos años serán un puente para que Cambiemos siga en la Casa Rosada.

Desde ya que la palabra “ajuste” no fue mencionada. “No podemos gastar más de lo que recaudamos”, dijo Macri cuando invitó a las provincias a caminar hacia el equilibrio fiscal para avanzar hacia un superávit que no ocurre desde el primer gobierno de Néstor Kirchner.

Dentro del Gobierno, la palabra “ajuste” se reemplaza con “ahorro”. La propuesta de cambiar la fórmula que actualiza jubilacion­es y pensiones, estima el oficialism­o, le ahorraría al Estado unos 100 mil millones de pesos. Unos 5.500 millones de dólares. El monto es apenas menor al que propuso ajustar, pero en dos años, Ricardo López Murphy cuando presentó su plan al expresiden­te De la Rúa. La mayoría de la sociedad rechazó aquella medida propuesta por la Alianza en un contexto turbulento. Hoy, en cambio, los votos alientan a Macri a avanzar.

Los gobernador­es también fueron invitados a ordenar los tributos. El Gobierno le apunta a Ingresos Brutos. La semana pasada, la Sociedad Rural Argentina planteó la gradual desaparici­ón de ese impuesto. La pulseada no será fácil. Cambiemos gobierna sólo en cinco distritos.

A su favor, Cambiemos tiene enfrente un peronismo sin un cacique indiscutib­le. El kirchneris­mo sigue sin encontrar una buena explicació­n a la fuga de votos que sufre desde el 54 por ciento de 2011 hasta la derrota de Cristina Fernández en la provincia de Buenos Aires.

El Gobierno, hasta ahora, no debió dar explicacio­nes sobre situacione­s que no se ajustan al relato presidenci­al. La “línea de austeridad” que pidió trazar Macri no coincide con los 4.500 millones de pesos que su gestión habrá gastado este año en publicidad, cuando se había presupuest­ado menos de la mitad.

También se dijo que “seguirá bajando la inflación”. Pero el costo de vida sobrepasar­á este año los 20 puntos. Las recientes subas de combustibl­es y las programada­s en los servicios presionará­n sobre los precios.

La fortaleza política que exhibe hoy el Gobierno tendrá que traducirse no sólo en anuncios, sino también en la negociació­n que deberá encarar con cada sector. Los gremios, los empresario­s y el Congreso tendrán también en sus manos la llave de esta transforma­ción propuesta.

“Ahora o nunca”, instó el presidente Macri. Los sectores convocados empezarán a analizar los anuncios que la Casa Rosada, finalmente, hoy ve posible implementa­r sin perder gobernabil­idad.

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