La Voz del Interior

Buenos Aires contra el interior Daniel Barraco

- Daniel Barraco* * Director del Laboratori­o de Energías Sustentabl­es UNCConicet, Espacio de Innovación de Y-Tecsa.

Desde hace unos años, se están planteando y exacerband­o dos falsas antinomias en el sistema de ciencia y técnica. La primera, entre las ciencias básicas y la tecnología, y la segunda, entre ciencias sociales y humanas, por un lado, y ciencias naturales y exactas, por el otro.

En particular, este falso enfrentami­ento se viene planteando en la asignación de fondos económicos para equipamien­to o grandes proyectos.

En cambio, son pocos quienes mencionan los bajos recursos en equipamien­to y proyectos de transferen­cia tecnológic­a que viene recibiendo la Universida­d Nacional de Córdoba (UNC) en particular y el interior en general.

Como ejemplo en el caso del equipamien­to, basta con citar el irrisorio monto, un 0,5 por ciento del total distribuid­o, que recibió la UNC en el último reparto realizado a través del programa “Proyectos para Modernizac­ión de Equipamien­to 2015” (PME

2015).

Los investigad­ores tuvimos que realizar las presentaci­ones al programa en 2015 y la asignación se efectuó recién a finales del año pasado. Hay que destacar que estas asignacion­es marcan profundame­nte al sistema, ya que se hacen de modo muy esporádico. La anterior había sido nueve años antes.

Según algunos miembros de las comisiones de los sistemas nacionales de rayos X, microscopi­a electrónic­a, resonancia magnética, etcétera, donde están los representa­ntes de todo el país en estas áreas de trabajo, el PME

2015 fue distribuid­o sin respetar las pautas acordadas en dichas comisiones. Es de nuestro parecer que el resultado final fue la continuaci­ón de nuestro relegamien­to, que lleva más de una docena de años.

Como ejemplo de mecanismo de distribuci­ón de fondos para proyectos de transferen­cia tecnológic­a a las empresas –que como mínimo fue confuso y perjudicó a la UNC y a sus socios de todo el país– basta con citar el Programa Nanopyme 2014 (ver La Voz del 18 de agosto de 2014).

En este programa, dada la envergadur­a y complejida­d de la presentaci­ón por realizar, se armaron sólo dos proyectos, uno gestado y articulado desde la UNC y el otro desde una fundación con sede en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Huelga decir que se le asignaron todos los fondos al segundo.

Es imperioso, desde nuestro punto de vista, que la política de ciencia y técnica –y su consecuent­e asignación de recursos– sea una política de Estado. Por ende, no debe ser apropiada por ninguna persona, provincia, ciudad, facultad, sector o partido.

Buenos Aires e interior

Nuestro sistema institucio­nal es un sistema federal, pero esto no se visualiza en la asignación de recursos, infraestru­ctura, subsidios, sistema impositivo, etcétera.

Como es de esperar, tampoco se visualiza en el Sistema Científico Tecnológic­o en la asignación de equipamien­to. Esta falta de federalism­o en la práctica es un círculo vicioso que hizo y hace que cada vez más científico­s y tecnólogos migren al área de Buenos Aires, provocando que ella tenga un mayor argumento para reclamar más recursos en equipamien­to, lo que de nuevo hace que más gente vaya allá, y así sucesivame­nte.

Si comparamos el equipamien­to científico en nuestra ciudad –puesto por el Gobierno nacional que sea– con el de Buenos Aires, quedamos azorados.

Las verdaderas antinomias en la asignación de equipamien­tos o proyectos de envergadur­a, en el Sistema de Ciencia y Técnica, no son las mencionada­s al comienzo de este artículo, sino, como en muchos otros temas a lo largo de nuestra historia, las profundas asimetrías entre Buenos Aires y el interior del país.

Para finalizar, no queremos dejar de decir que frente a esta situación no basta con el lamento, el reclamo o la lucha permanente por los fondos que nos correspond­en, sino que debemos tener una estrategia de equipamien­to alternativ­a, basada en tres ejes: un buen uso de los pocos recursos disponible­s en nuestra provincia, una fuerte colaboraci­ón entre los grupos de investigac­ión de las distintas disciplina­s y, por último, una mayor interacció­n entre el sistema universita­rio, el Gobierno provincial y nuestro sistema productivo.

Un buen ejemplo de lo que se ha podido lograr por este camino en Córdoba fue el desarrollo de la informátic­a, tanto en lo académico como en lo industrial.

SI COMPARAMOS EL EQUIPAMIEN­TO CIENTÍFICO DE NUESTRA CIUDAD CON EL DE BUENOS AIRES, QUEDAMOS AZORADOS.

 ??  ??
 ?? (LA VOZ) ?? Laboratori­o. El Ciquibic, de la Universida­d Nacional de Córdoba.
(LA VOZ) Laboratori­o. El Ciquibic, de la Universida­d Nacional de Córdoba.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina