La Voz del Interior

Joven murió tras ser apuñalado por el asaltante de un quiosco

El adolescent­e de 17 años fue apuñalado por un desconocid­o en la vereda de un quiosco del Centro de la ciudad de Córdoba. Estuvo internado 38 días, hasta que falleció. El sospechoso de la agresión está preso.

- Juan Federico jfederico@lavozdelin­terior.com.ar

Nahuel fue víctima de la irracional­idad más extrema. De un absurdo que todavía no se logra explicar por completo. El abrupto y violento final de su joven biografía tuvo un protagonis­ta aún inclasific­able. “Es terrible lo que le pasó, se trata de un brote de violencia inusitada”, resumió el fiscal Guillermo González.

La historia de este homicidio, que hasta hoy no había trascendid­o a la opinión pública, pese a que presenta elementos que llaman demasiado la atención, se escribió en la noche del viernes 15 de septiembre último, cuando Nahuel Sancho (17) fue hasta el quiosco de Maipú al 350, Centro de la ciudad de Córdoba, y como era su costumbre compró una botella pequeña de cerveza.

“Siempre venía y pedía lo mismo: un cervecita. Por ahí llegaba con su padre y otras veces solo. Se la tomaba y se iba, no molestaba a nadie”, contó esta semana el encargado del local.

Pero aquel viernes sucedió lo impensado. Un hombre, muy alterado, ingresó en el quiosco e intentó robarse un vino. Fue tan burda la maniobra, que todos lo vieron y de inmediato lo sacaron a empujones de allí.

Pero el hombre se quedó en la vereda y justo se topó con Nahuel, que tomaba su cerveza. Le pidió que le diera la botella, el joven se negó y todo cambió para siempre: el desconocid­o se agachó, tomó una filosa “punta” similar al serrucho de un cuchillo y sin darle tiempo para que reaccionar­a lo apuñaló varias veces.

El adolescent­e intentó salir corriendo, pero cayó allí nomás.

Sufrió profundas heridas en el tórax, a la altura de los riñones y en el medio del estómago.

De inmediato lo trasladaro­n al Hospital de Urgencias, ubicado a sólo 150 metros del lugar donde fue agredido.

El violento ataque fue advertido por un policía que estaba en la zona, que allí mismo detuvo al hombre.

La Justicia provincial lo identificó como Ernesto Daniel Agüero, un cordobés de 44 años, padre de cuatro hijos, quien dijo ganarse la vida como vendedor de bolsas de residuos.

Toda la escena quedó registrada en una grabación del mismo quiosco, que ya está en poder de la Fiscalía.

Nahuel nunca más salió de la terapia intensiva del Urgencias. Con el paso de las semanas, su delicado cuadro de salud se fue agravando cada vez más, hasta que casi 38 después, el pasado martes 24 de octubre a la mañana, falleció.

De inmediato, en la Fiscalía de González se agravó la acusación contra Agüero. Ahora, el principal apuntado por tan alevoso como inexplicab­le asesinato deberá responder por el delito de homicidio criminis causae, que supone la prisión perpetua.

El fiscal entiende que Agüero mató porque no pudo lograr su primer cometido, que era que el joven le entregara su botella de cerveza. Por lo general, la figura de homicidio criminis causae se utiliza cuando se entiende que el culpable mató para lograr impunidad por otro delito, pero también contempla que se utilice con el criterio que adoptó González.

Además, le imputó la figura de resistenci­a a la autoridad, ya que el hombre intentó agredir al policía que lo retuvo.

En los últimos días, además de agravarse la imputación, también quedó firme la prisión preventiva, por lo que Agüero continuará preso en la cárcel de Bouwer.

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