La Voz del Interior

Mató a un detenido en un móvil: zafó de la perpetua y le dieron 10 años de cárcel

El preso iba armado en el patrullero y había querido atacar a otra uniformada. Sucedió hace una década en la ciudad de Córdoba. El sargento condenado no fue preso. Dolor y bronca de la familia del fallecido.

- Claudio Gleser cgleser@lavozdelin­terior.com.ar

El policía llegó al juicio, en libertad, con la sombra de una eventual condena a prisión perpetua pendiendo sobre él. La acusación era durísima: homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por su condición de policía. Hace 10 años, el sargento había matado de dos balazos a un detenido luego de que este, estando armado, intentara matar a otra policía dentro del patrullero en el que era trasladado tras ser capturado.

Finalmente, los jueces de la Cámara 2ª del Crimen de la ciudad de Córdoba desecharon la gravosa carátula y el máximo de la condena que prevé la ley argentina y, en fallo dividido, terminaron sentencian­do al policía Héctor Edmundo León (54) a la pena de 10 años de prisión por el delito de homicidio simple.

El suboficial no quedó detenido, ya que el fallo no está firme.

Raúl Andrés Mola tenía 18 años cuando murió. Había sido detenido por robo.

En los alegatos, la fiscal Laura Battistell­i también había rebajado la acusación. La funcionari­a judicial había reclamado que el caso fuera caratulado como un homicidio simple, y se impusiera a León una pena por 12 años de cárcel.

El mismo pedido de pena había sido solicitado por la familia de Mola, que, constituid­a como parte querellant­e en la causa, se había mostrado conforme con este encuadre legal de homicidio simple, según se planteó durante el debate judicial.

En paralelo, los jueces ordenaron que se investigue­n por supuesto falso testimonio a policías que declararon en el juicio. Se cree que, con sus dichos, intentaron salvar al acusado.

Muerte en el patrullero

Todo sucedió hace una década, el 31 de octubre 2007 a la noche, cuando efectivos policiales detuvieron a Raúl Mola, ya que estaba sindicado de haber cometido un robo, en barrio Remedios de Escalada de la ciudad de Córdoba.

El joven fue esposado con sus manos hacia atrás y, sin haber sido revisado bien por los uniformado­s, fue subido a un patrullero en el que iban el policía Hugo León y su compañera Silvia Sánchez.

A poco de iniciar el traslado hacia una comisaría, y pese a estar esposado, el muchacho logró extraer un revólver calibre 22 y, aún dentro del móvil, llegó a efectuar al menos dos disparos contra la mujer policía que iba en el asiento del acompañant­e.

“¡Me quiere matar! ¡Está armado!”, habría gritado la policía Sánchez, quien salvó su vida providenci­almente y se arrojó de la unidad.

Su compañero, el policía León, frenó el coche, se bajó y abrió la puerta trasera.

Sin sacar su arma reglamenta­ria, el sargento logró quitarle el revólver calibre 22 al detenido y le efectuó dos disparos que terminaron matándolo. Uno dio en la cabeza, otro en el cuello.

“Emoción”

“Si bien no hubo forcejeo con el detenido, tampoco se trató de una ejecución por exceso como sucedió en otras oportunida­des. El policía actuó conmociona­do por lo que había sucedido con su compañera y mató al detenido”, expresó la fiscal Battistell­i, quien ratificó que se trató de un homicidio simple.

“No correspond­e aplicar el máximo castigo penal, pero tampoco la situación de un homicidio en estado de emoción violenta. Si bien el policía, efectivame­nte, estaba alterado emocionalm­ente por lo de su compañera, no correspond­e la emoción violenta. La ley no acepta la emoción violenta para los casos de policías que actúan en servicio”, añadió.

Para la fiscal, quien así lo expuso ante el tribunal, “no hubo abuso policial”. “El policía León no tenía conciencia cuando mató. Además, no cometió ningún abuso con su propia arma reglamenta­ria, sino con el revólver del detenido. No existió abuso”, insistió.

De todas formas, Battistell­i dijo que se trató de un caso muy particular y confuso, y destacó que finalmente se pudo llegar a la verdad luego de una década.

Si bien la fiscal había solicitado una condena leve superior para el policía (12 años de sentencia), se mostró conforme y no apelará el fallo.

Falso testimonio

La condena fue resuelta en fallo dividido por la Cámara 2ª del Crimen que contó con la participa-

LA FISCAL ACLARÓ QUE A LOS POLICÍAS QUE MATAN EN SERVICIO NOLESCABEL­A ATENUACIÓN LEGAL POR EMOCIÓN VIOLENTA.

ción de dos jurados representa­ntes del pueblo (escabinos). El juicio, pese a la tensión existente, se realizó con normalidad.

El abogado Sebastián Becerra, quien junto a su par Carlos Hairabedia­n representa­ron a la familia del muchacho muerto, expresó su conformida­d por la condena.

El letrado destacó que los jueces ordenaron que se investigue por supuesto falso testimonio a algunos policías que declararon en el juicio.

“Hubo mucho descaro de oficiales de alto rango durante los testimonio­s. Algunos mentían, otros no se acordaban, otros cambiaban testimonio­s. Esperaremo­s los fundamento­s para ver qué policías serán investigad­os”, dijo Becerra.

El informe forense La autopsia Aquella noche, el joven detenido recibió dos balazos.

Según el informe de la autopsia forense, la víctima tenía una herida en el parietal derecho, cuyo proyectil calibre 22 recaló en el parietal izquierdo, y otro balazo en el cuello que ingresó por el lado izquierdo y recaló en el hombro derecho. Murió en el Hospital de Urgencias, un día después de haber sido herido.

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(P. CASTILLO / ARCHIVO) Condenado. Durante todo el proceso, que ya lleva una década, León estuvo preso unos meses.

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