Rock, admiración y violencia
La sociedad argentina se vio sacudida por denuncias contra varios artistas. Hay muchos procesos en marcha, acusaciones gravísimas y una sola condena.
Antes de que Hollywood se estremeciera ante el caso de Harvey Weinstein, la industria del espectáculo local sufría su baño de realidad con casos vinculados al rock nacional. Dentro de estas denuncias se esconden lógicas de poder basadas en el fanatismo y la admiración por parte de jóvenes, que en muchos casos eran menores de edad al momento del abuso, hacia estrellas del mundo de la música.
Las primeras denuncias resonantes vinieron de la mano de varias chicas que apuntaron contra el líder de la banda El Otro Yo, Cristian Aldana. Las desgarradoras historias relatadas en primera persona por jóvenes que al momento del abuso eran menores de edad se hicieron públicas en abril de 2015.
Actualmente, el músico se encuentra procesado por la Justicia y detenido en la cárcel de Marcos Paz por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante y corrupción de menores. Hasta el día de hoy Aldana niega los hechos y su familia difunde en las redes mensajes para pedir su liberación.
Casi en simultáneo salieron a la luz otras dos denuncias que señalaban al cantante de la banda La ola que quería ser chau de delitos de abuso sexual con acceso carnal. Por las acusaciones, José Miguel del Pópolo, de 30 años, fue procesado por el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 25. El músico no se encuentra detenido ya que la jueza Fabiana Palmaghini no consideró necesaria su prisión preventiva.
Otro de los casos que se tornó público ocurrió en 2014, pero tuvo menos resonancia. La denuncia apunta contra Juan Sebastián Gutiérrez, más conocido como “Juanse”, líder de Los Ratones Paranoicos. El músico se encuentra imputado junto con los integrantes de una de sus bandas llamada Las Fieras Lunáticas por el delito de abuso sexual agravado por el número de participantes.
La denuncia la hizo una joven jujeña quien aseguró que “Juanse” y otras seis personas abusaron de ella dentro de una combi de gira.
Además de estos tres casos judicializados hubo otros cuyas denunciantes no han acudido a la Justicia. Uno de los que generó más repercusiones fue el de Santiago Aysine, cantante de Salta la Banca, quien fue señalado por varias jóvenes por violencia de género. Primero negó los hechos que se le endilgaban, pero en las últimas horas asumió en una carta haber tenido actitudes violentas y machistas. “Me equivoqué, estoy empezando a entender todo lo que hice mal y lo lamento mucho”, dijo al anunciar el parate de su banda por tiempo indeterminado. Otros dos casos tomaron estado público bajo el rótulo de acoso en las redes sociales: Martín Marroco, bajista de Sueño de Pescado y Gustavo Fiocchi, guitarrista de Utopians.
La única condena
El único caso con condena se produjo fuera del ámbito del espectáculo y dentro del ámbito doméstico. El guitarrista, periodista y empresario musical Marcelo Montolivo fue condenado en 2010 a ocho años por la violación de su hijastra, situación por la cual fue hallado culpable del delito de abuso sexual gravemente ultrajante. El músico estuvo prófugo desde agosto de 2014, cuando su sentencia quedó firme, y fue hallado el 20 de octubre pasado en San Marcos Sierras. Durante tres años estuvo en la lista de los 10 delincuentes más buscados del país.