Memorias de un “Matador”
Mario Kempes presentó su biografía en Córdoba.
Goleador en cualquier ámbito. Mario Alberto Kempes nunca pasará inadvertido a pesar de su empeño en cultivar un indisimulable perfil bajo. Como cuando llegó a Instituto en el verano del ’72, bajo el falso nombre de Carlos Aguilera y con “garantía” de marcar un gol antes de los 10 minutos. Fue el terror de los arqueros rivales en su juventud y máximo artillero del Mundial ’78, hoy la “rompe” como analista de la cadena internacional ESPN y ahora se otorgó la licencia de un gustito personal, convertido en escritor de su biografía, El Matador, que presentó ayer en Córdoba.
“Al cumplirse 40 años de aquella magnífica gesta deportiva (el título del ’78), siento la necesidad de contar mi verdad. No obstante todo lo dicho o lo que se diga, tengo la conciencia tranquila. En aquellos días oscuros, nos entregamos en cuerpo y alma para regalarles un rayito de alegría y esperanza a nuestros compatriotas”, sostiene el bellvillense en un extracto del prólogo.
Jugador “cinco estrellas” del fútbol mundial, su figura no cobró la auténtica dimensión de su grandeza por obra de su modestia y, por qué negarlo, por un cierto grado de ingratitud propia del hincha argentino.
“Siento el afecto de la gente, que es el mejor premio”, se anticipa antes de reconocer que “es verdad que todos los del ’78 estuvimos olvidados y menos valorados que los del ’86. La camiseta argentina tiene dos estrellitas, pero para algunos pareciera que sólo tiene una”. Y sin ánimo de entrar en polémicas, fiel a su estilo, trata de disimular un sentimiento de injusticia e impotencia por lo vivido.
“Por ahí hasta nos quisieron hacer sentir como apestosos, porque quedamos pegados al momento político que nos tocó vivir. Hablan mucho y simplifican el Mundial. A 10 años del título, cuando uno todavía estaba jugando, que te ensucien lo que conseguiste con mucho esfuerzo, jode bastante. A los 15, ya molesta un poco menos y a los 40, como ahora, ya estás cansado de escuchar tantas tonterías. Si hubiésemos perdido la final con Holanda 2-0 o 3-0, lo mismo hubieran dicho que a Perú le hicimos seis porque estaban comprados”, explicó durante el almuerzo compartido en la sede integral de La Voz , donde llegó con su esposa venezolana Julia, su primo Luis Margarit (y su mujer), quien lo acompañó en sus partidos de prueba en Instituto, y Alberto Mateu, analista literario.
“No dudé en ningún momento contar lo que he escrito. Hay algunas cosas que por el paso de los años no me acordaba, pero repasando datos, con una buena investigación de quien me ayudó a escribir el libro, recordé otras tantas. Escribí mi verdad del Mundial porque siento que hay gente que nos quieren culpar a nosotros para castigar a la dictadura. A esta altura ya estoy cansado de tantos inventos y mentiras”.
El “comentador” y Messi Mario es uno de los analistas estrella de la cadena internacional ESPN. Radicado en Bristol, Connecticut (EE.UU.), tiene aún dos años de contrato por delante en su función. “Compré una casa en Florida para cuando me jubile. La primera refacción que le hice fue construirle un asador”, comenta.
–Fuiste jugador y después técnico. Lograste reinventarte como analista en el primer nivel.
–No soy periodista ni quiero ofender a nadie. Soy un comentador (sic) de partidos, con los errores de un ser humano normal que cuenta y dice lo que siente, y donde siempre hay ópticas diferentes. Eso es lo lindo que tiene el fútbol: la discusión.
–Con Messi, en Argentina siempre hay discusión. ¿Cuál es tu visión sobre él?
–Hay que saberlo cuidar, es el mejor jugador del mundo. Para nosotros pareciera que fuera ruso, porque nos ensañamos cada vez que el equipo juega mal. Cuando Messi no funciona, el equipo no funciona y como es la cabeza visible de la selección, pensamos que él nos tiene que dar milagros. Y en el fútbol los milagros se pueden dar una vez, dos veces... pero no toda la eliminatoria. Es un jugador al que no se lo respeta. Sólo se lo alaba cuando las cosas salen bien. Cuando las cosas salen mal, parece que Messi es el único culpable. No nos ponemos a pensar que al lado de él hay muchos jugadores que, a lo mejor, no demuestran la personalidad que demuestran en sus equipos.
–Todavía no están decididos todos los nombres para el Mundial
DIGO LO QUE SIENTO Y NO TENGO A NADIE DETRÁS. TRATO DE INFORMARME DE TODO. ME EQUIVOCO COMO CUALQUIERA.
de Rusia. ¿Podés hacer una evaluación de para qué está Argentina?
–Te voy a decir una antigua: hay que ganarles a todos para salir campeón. Y hay que tener cuidado. El fútbol siempre es un arma de doble filo, porque a lo mejor te tocan equipos que no tienen la “categoría” de aquellos que salieron campeones, pero cuentan con un as guardado en la manga y las sorpresas en un Mundial siempre aparecen. Y si perdés un partido se
EL VALENCIA AHORA ESTÁ MEJOR. CRITIQUÉ ALGUNAS COSAS Y SE OFENDIERON: NO ME RENOVARON COMO EMBAJADOR DEL CLUB.
te empieza a complicar la clasificación. Cuando empieza el Mundial, te toque el que te toque, tenés que estar concentrado desde el minuto uno al 90.
Los homenajes y la Gloria
En octubre de 2010, la Legislatura provincial aprobó el reemplazo del nombre de estadio Córdoba por el de Mario Kempes, el recinto que se inauguró el 16 de mayo de 1978 y cuyo primer gol fue, precisamente, obra de Kempes.
CADA VEZ QUE VENGO A CÓRDOBA QUIERO JUNTARME CON TODOS, PERO SÓLO HAGO TIEMPO PARA UNA ESCAPADA A BELL VILLE.
–Le ganaste al nombre de la ciudad y también al del Chateau Carreras...
–Ahora es el estadio de Córdoba Mario Kempes (se ríe). Es una satisfacción muy grande esa designación. En mi vida nunca pensé, ni se me cruzó por la cabeza, que un estadio único, espectacular, que recibe grandes partidos o eventos de todo tipo, lleve mi nombre. Me siento orgulloso de esa distinción porque la hicieron en vida y puedo disfrutarlo en familia. A la distancia, cuando estoy en Estados Unidos, escucho la radio y a veces oigo que la convocatoria de un partido de fútbol o un recital es en el Kempes... Suena lindo.
–Siempre decís que escuchás y leés mucho de lo que pasa por aquí. ¿Seguís a Instituto?
–No puedo seguirlo día a día, porque son muy pocos los partidos que puedo ver allá de la B Nacional. Leo los resultados, las clasificaciones... Ojalá estuviera más arriba (en la tabla) y no tener que bajar tanto para buscarlo. Me enteré que tiene nuevo técnico y eso a lo mejor le cambia un poco la cara, la filosofía de juego, o mentaliza mejor a los jugadores.
–¿Contás en el libro que para llegar a Instituto tuviste que venir con nombre falso?
–Claro, pero no quiero contar todo, sino, ¿quién lo va a comprar? Llegué aquí un sábado por la mañana después de subirme solo a un micro por primera vez. Estaba asustado porque tenía que encontrarme con una persona que no conocía. Me dijeron que use otro nombre para que no me “roben” de Belgrano de Talleres. No conocía a nadie y me fue bien de entrada. Con ese grupo nos fortalecimos en la Liga local para llegar al Nacional, que fue mi primer gran alegría en el fútbol. Después llegaron los pases récords y los éxitos grandes. Soy un agradecido al fútbol y al cariño de la gente.